El proyecto micro:bit lleva el lenguaje de programación a las aulas del Reino Unido.
Suena el timbre del final del recreo y los chavales se recogen empapados. Es uno de los cientos de colegios de Inglaterra. Sus caras sonrojadas y pecosas se asombran al sentarse en el pupitre. Es la nueva placa informática micro:bit. Su aspecto es el de un circuito impreso pero esconde un potencial tremendo. A modo de navaja suiza multiusos de la tecnología, permitirá desarrollar la imaginación digital de un millón de estudiantes británicos. Ha sido desarrollada por la BBC con la colaboración de multitud de empresas.
Su funcionamiento pasa por conectarlo a un PC, tableta o teléfono y programar su uso. Los contactos externos recogen señales del exterior y le aplican la lógica descargada por el estudiante. Una pantalla muy básica y una salida de altavoz hará el resto. Los futuros Bill Gates, Elon Muscko Steve Jobs tendrán más oportunidades de ser descubiertos y de que sean británicos en lugar de españoles. Una vez más.
La tecnología nos salvará
Technology will save us (La tecnología nos salvará) es una empresa que junto con Samsung, Microsoft, ARM y la BBC han participado en el proyecto micro:bit demostrando, una vez más, que la iniciativa privada puede ayudar decisivamente en el complicado camino de la educación.
Llevamos siglos enseñando a nuestros hijos mediante juegos de construcción, de historia y estrategia, y de matemáticas. La tecnología ha quedado relegada a los inadaptados, a los frikis. Esta compañía de nombre provocador dispone de juegos para todas las edades. Permite, por ejemplo, que un niño construya un detector de humedad que indique si una planta necesita agua.
Debería ser una lengua "cooficial"
El nuevo proyecto del micro:bit es sólo parte de un ambicioso plan. Desde octubre de 2014 todos los niños entre 6 y 16 años que estudian en Gran Bretaña reciben clases de programación. Ahora hay nuevos lenguajes, tan importantes como los que hemos utilizado durante siglos los humanos. Necesitamos entendernos con las máquinas.
En las últimas décadas la industria ha tratado de diseñar traductores que ayudan a millones de personas a utilizar la tecnología. El ratón o las pantallas táctiles son un buen ejemplo. Sin embargo, es necesario hablarles al corazón de sus chips de silicio, con su mismo vocabulario. Es imprescindible que la sociedad posea una formación básica y comprenda qué hay entre ellos y su móvil, qué hay entre su acelerador y el motor de su coche.
En España, muchos de nuestros políticos llevan años utilizando la lengua como emblema y cebo de su poder. Nos hemos entretenido en uniformar mentes con consignas que nos alejan cada vez más de la realidad y del futuro. Diariamente el mundo de la tecnología habla Java, C++, Swift, mucho más de lo que nos podemos imaginar. Hay gobiernos que atisban, al menos someramente, este hecho. La desgracia es que no son españoles.
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