martes, 21 de julio de 2020

Educación prepara un currículum y un módulo de exámenes on line por si hay un nuevo confinamiento

El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, ha afirmado este domingo que quiere implantar el currículum on line y un módulo de exámenes a distancia para que los centros tengan esas herramientas en caso de nuevo confinamiento.

En una entrevista en la cadena Cope recogida por Europa Press, Ossorio ha indicado que de momento, si no cambian las condiciones sanitarias, la vuelta a clases en septiembre será "lo más normal posible dentro de la situación".

En Primaria e Infantil será normal y en Secundaria y Bachillerato los alumnos deberán llevar mascarilla si no pueden respetar la distancia de seguridad. Además, se han incrementado las medidas de higiene. No obstante, el consejero ha recordado que si la situación sanitaria empeorara se han planificado dos escenarios que amplían la enseñanza a distancia. "Por lo menos la Administración sanitaria y los centros saben cuáles son los escenarios y lo que tenemos que hacer en cada momento", ha dicho.

"Desde marzo hemos aprendido bastante y ha funcionado bastante bien. Vamos a invertir dinero en tecnología para que el sistema a distancia funcione mejor. Esperamos que no ocurra, pero como administración pública tenemos que estar preparados", ha proseguido.

Preguntado por la exclusión de las ayudas a la educación concertada planteada en la Comisión de Reconstrucción del Congreso, el titular regional de Educación ha indicado que en la Comunidad de Madrid el dinero lo van a repartir "lo que sea necesario para la pública y la concertada" y señala que dicho documento no tiene valor normativo para las autonomías.

"Me parece terrible y lamentable usar ese documento como una la fobia antigua de la izquierda a la Educación concertada", ha apuntado. En este mismo sentido, Ossorio considera que la llamada Ley Celaá es "evidentemente es un ataque" a la educación concertada "que no va a servir para nada porque en Madrid no vamos a atender ese cambio de la ley". "Nosotros vamos a atender a la demanda de los padres. Si quieren más pública, habrá más pública y si quieren más concertada, habrá más concertada", ha avisado.

Sobre la asignatura de Religión, el consejero ha afirmado que la Ley Celaá pretende que la religión se vuelva "una asignatura subsidaria, que carezca de importancia, que no sea evaluada, que su nota no puntúe y convertirla en una asignatura de segunda". "En Madrid respetamos la voluntad de los padres de elegir entre Ética y Religión. Al margen de lo que cada uno crea la educación cristiana es tan buena para la sociedad y me parece una pena convertirla en una asignatura de segunda. Ya ahora es voluntaria, pues déjalo así, no sigas penalizándolo todavía más. Es un tema ideológico", ha criticado Ossorio.

domingo, 19 de julio de 2020

Francis Collins Premio Templeton por reconciliar fe y razón

El genetista y médico Francis Collins, Director de los Institutos Nacionales de Salud, que dirigió el Proyecto del Genoma Humano hasta su finalización exitosa en 2003, recibió el Premio Templeton 2020 de US $ 1,4 millones por integrar la fe y la razón.
En su liderazgo científico, oratoria y escritura popular, incluido en su exitoso libro del 2006, The Language of God , Collins ha apoyado una cosmovisión cristiana. «Este libro argumenta que creer en Dios puede ser una elección completamente racional«, escribe en la introducción, «y que los principios de la fe son, de hecho, complementarios con los principios de la ciencia«.
Collins, También se esfuerza por alentar a las comunidades religiosas a adoptar los últimos descubrimientos de la genética y las ciencias biomédicas como ideas para enriquecer y ampliar su fe.
«¿POR QUÉ HAY ALGO EN LUGAR DE NADA? ¿HAY UN DIOS? ¿ELLA O ÉL SE PREOCUPAN POR MÍ? ¿CUÁL ES LA BASE DE LA MORALIDAD? ¿QUE ES EL AMOR? ¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE LA VIDA? ¿POR QUÉ HAY TANTO SUFRIMIENTO EN ESTE MUNDO? ¿QUÉ PASA DESPUÉS DE MORIR?»
«Esas son preguntas profundas. Sin embargo, les presté poca atención durante mi primer cuarto de siglo en este planeta. Yo era un materialista comprometido que encontraba poco uso para algo que no podía ser abordado por la experimentación científica. Pero cuando hice la transición de la mecánica cuántica a la escuela de medicina, encontré estas preguntas difíciles de ignorar mientras estaba sentado al lado de las camas de los enfermos y moribundos, y la ciencia no fue muy útil para abordarlas… 
Las personas de fe parecían reclamar sabiduría en ese dominio, pero supuse que esas ideas se basaban en la superstición y la incomprensión fundamental de la naturaleza. Tratando de descartar la perspectiva de la fe, me sorprendió descubrir una rica veta de pensamiento filosófico y teológico».
«El ateísmo, la negación de la posibilidad de cualquier cosa que la ciencia no pudiera medir, surgió como la visión del mundo más irracional y empobrecida. Y para mi sorpresa, comenzaron a aparecer indicadores de un Creador en todo tipo de lugares, incluso en observaciones científicas sobre el universo. Lo que me pareció más importante fue, la persona de Jesús que surgió como el más profundo adivino que jamás había conocido, y me pidió que tomara una decisión sobre mi propia creencia. Retuve al Sabueso del Cielo todo el tiempo que pude, pero finalmente la resistencia fue imposible».
¿Pero podría ser tanto un científico como un creyente? ¿No explotaría mi cabeza? pero finalmente la resistencia fue imposible.
«Bueno no. No lo hizo entonces. Y no lo ha hecho hasta entonces. Como cristiano por 43 años, he encontrado una armonía gozosa entre las cosmovisiones científicas y espirituales, y nunca he encontrado una diferencia irreconciliable».

jueves, 16 de julio de 2020

Marruecos: «El Estado considera al Cristianismo como un peligro»

 La pequeña comunidad cristiana autóctona se encuentra en una difícil posición, como afirma Jawad Elhamidy, presidente de la Asociación Marroquí de Derechos y Libertades Religiosas


La religión en Marruecos se rige por la escuela islámica malikita sunita; las autoridades no reconocen legalmente a los seguidores de ninguna otra religión, excepto el judaísmo. Hay también una excepción para los cristianos extranjeros que viven y trabajan en el país. Si bien la Constitución marroquí de 2012 garantiza la libertad de culto, penaliza las conversiones a cualquier otra religión que no sea el islam. Ayuda a la Iglesia Necesitada – ACN ha podido hablar con Jawad Elhamidy, presidente de la Asociación Marroquí de Derechos y Libertades Religiosas sobre este tema.

«El código penal establece que todos los marroquíes son musulmanes, por lo que quienes se convierten al cristianismo se enfrentan a problemas legales, al margen de las amenazas a su seguridad», dice Elhamidy, y añade que «los cristianos marroquíes practican su fe en iglesias domésticas secretas para evitar las sanciones del Estado o el acoso de la sociedad». No practican el culto en público porque se arriesgarían a ser acusados de hacer proselitismo si expresan públicamente su fe. El proselitismo de cualquier fe, excepto el islam, es ilegal.

En Marruecos, coexisten dos comunidades cristianas: por un lado, los extranjeros que trabajan y viven en el país, por otro, los marroquíes que se han convertido del islam al cristianismo. Estos últimos se encuentran en una desagradable situación porque solo los extranjeros cristianos gozan de libertad de culto, si bien tampoco tienen derecho a predicar su fe a nadie. Se calcula que hay unos 30.000 residentes extranjeros católicos, mientras que 10.000 son protestantes. El número de cristianos marroquíes se estima en 8.000, aunque algunas fuentes sitúan esa cifra incluso en 25.000. Marruecos, tiene una población de 34,6 millones de habitantes.

En el país hay alrededor de 44 iglesias que fueron construidas durante la época del protectorado francés (1912-1956), algunas de ellas se transformaron en salas de reuniones y sedes municipales. Según Elhamidy, el gobierno no da permisos para construir nuevas iglesias. Además, comenta que los líderes de las iglesias reciben una advertencia semanal de las autoridades de que no acojan a marroquíes en las iglesias o se les hará responsables del proselitismo así que el clero extranjero disuade a los ciudadanos cristianos de que asistan a sus iglesias, por temor a ser acusados. «Si un marroquí entra en una iglesia, pueden suceder dos cosas: o bien un policía sentado frente a la iglesia lo arresta o bien el sacerdote a cargo de la iglesia pide a esa persona que se vaya, a menos que acuda por motivos turísticos», explica Elhamidy.

Además, el gobierno limita la distribución tanto de publicaciones religiosas no islámicas como de materiales islámicos que considera incompatibles con la escuela Maliki-Ashari del islam suní. Según las leyes marroquíes, el proselitismo o la conversión a otra religión es un delito penal que se castiga con entre seis meses y tres años de prisión.

Arrestos, intimidaciones y acoso

El Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo de 2018 de ACN, cita al Parlamento Europeo que «reconoce que la libertad religiosa está consagrada constitucionalmente en Marruecos» pero añade que «los cristianos y especialmente los musulmanes que se han convertido al cristianismo se enfrentan a “numerosas formas de discriminación” y “no se les permite poner un pie en una iglesia”».

Según Elhamidy, algunos cristianos marroquíes son arrestados tres veces por semana y sometidos a intimidación y acoso en la comisaría de policía. En su mayoría, son liberados después de ser interrogados o después de que se les haya presionado para que regresen al islam, los que se niegan se enfrentan a insultos y abusos. Elhamidy explica que cuando se hace una acusación de blasfemia puede llegar a ser muy peligroso para los cristianos detenidos, puede producirse violencia, y algunos cristianos son retenidos varios días, además la policía amenaza con arrestar también al cónyuge y a los hijos.

Elhamidy relata la historia de Mohamed Al Moghany, un musulmán de la ciudad de Al Hajeb que se convirtió al cristianismo, su empleador, pistola en mano, amenazó con matarlo. Cuando presentó una denuncia ante la policía, le dijeron que guardara silencio sobre su conversión, su familia sufrió amenazas. Seis meses después, tuvo una nueva discusión con su patrono. Fue detenido y condenado a seis meses de prisión, su esposa también fue interrogada. «El Estado considera al cristianismo como un peligro», declara Elhamidy, refiriéndose a la discriminación en la legislación del país. En documentos oficiales, los investigadores encontraron afirmaciones en las que se habla del «peligro cristiano» y de «las entidades religiosas que amenazan a la nación marroquí».

jueves, 9 de julio de 2020

Mejor un cheque escolar de 2.000 millones de euros

Invitado: Juan Ramón Rallo.

El Gobierno de PSOE-Podemos planea invertir 2.000 millones de euros en reforzar los centros de enseñanza españoles a partir de septiembre. La educación es uno de los motores clave en la prosperidad de cualquier país y, a la vez, ha sido uno de los sectores más sacudidos por el coronavirus (en tanto en cuanto se han suspendido las clases como medida de distanciamiento social contra la pandemia). Es lógico, por consiguiente, que se plantee una modernización y adaptación de los centros educativos a este periodo de nueva normalidad: si hay cambios estructurales —o, al menos, cabe la posibilidad de que los haya— en el modo en que ha de proveerse la enseñanza, entonces las escuelas deberán readaptarse en consecuencia.
Hasta aquí, no debería haber demasiado espacio para la polémica salvo por el mal uso que pueda terminar efectuándose de esos 2.000 millones de euros (el tan extendido vicio político de arrojar centenares de millones de euros sobre un problema sin preocuparse mínimamente por la eficiencia con que se emplean). La controversia ha arrancado, en cambio, cuando PSOE y Podemos han decidido excluir de esos 2.000 millones de euros a los colegios concertados, a los que asiste alrededor de una cuarta parte de todo el alumnado patrio.
La justificación que ha empleado el Ejecutivo de izquierdas para semejante exclusión parece a simple vista razonable: el dinero público debe permanecer exclusivamente en el sector público y no transferirse a bolsillos privados (a bolsillos privados que no sean los del personal o los de los proveedores de la escuela pública, se entiende), de modo que los concertados deberán costearse su reconversión con su propio capital… si es que pueden. Tal argumento, empero, se antoja extremadamente débil por dos razones.
Primero, este mismo Gobierno de izquierdas que plantea una radical separación entre las fuentes de financiación públicas y las fuentes de financiación privadas en el ámbito educativo es el mismo Gobierno de izquierdas que no tiene ningún empacho a la hora de inyectar hasta 10.000 millones de euros de dinero público en grandes corporaciones 'estratégicas' de titularidad privada (como Iberia), que otorga cuantiosas subvenciones indirectas a determinadas empresas bien conectadas con el poder político (como las automovilísticas) o que reclama cientos de miles de millones de euros a Bruselas para potenciar una transformación del modelo productivo privado a golpe de talonario. No deja de resultar contradictorio que la concertada no pueda recibir parte de esos 2.000 millones de euros bajo el pretexto de que el dinero público no debe transferirse al sector privado cuando este Gobierno se ha pasado toda la crisis del coronavirus trasvasando dinero público al sector privado.
Es el mismo Gobierno 
Segundo, cuando se afirma que el dinero público ha de permanecer en el sector público, se está presuponiendo de algún modo que el dinero público es propiedad del Estado y que, por tanto, aquellos agentes privados que aspiran a captarlo se lo estarían arrebatando a él. Pero el dinero público no es dinero del Estado: el dinero público no es más que riqueza que el Estado previamente ha sustraído al sector privado. Que esa riqueza confiscada a las empresas y a las familias deba permanecer dentro de la burocracia parasitaria del Estado en lugar de regresar al sector privado de donde emergió es una pura arbitrariedad política, no el curso natural de los acontecimientos (por supuesto, uno debe estar siempre vigilante de que una parte del sector privado no instrumente al Estado para, vía subvenciones u otro tipo de intervenciones, parasitar a otra parte del sector privado: pero asimismo también ha de estar vigilante de que el Estado no parasite finalistamente al conjunto del sector privado).
En el caso que nos ocupa, parece bastante obvio que una porción de los impuestos que abonan las familias va dirigida a sufragar gastos educativos en presunto beneficio de esas mismas familias. De ahí que lo más respetuoso con su libertad y su propiedad privada sería que, al menos, ellas pudieran escoger —en su calidad de pagadoras de impuestos— en qué centros —públicos o privados— desean que se desembolsen esos fondos educativos que gestiona el Estado por la sencilla razón de que previamente se los ha arrebatado vía impuestos.
O expresado desde otro ángulo: quienes argumentan que han de ser las familias que llevan a sus hijos a un concertado quienes se costeen de su bolsillo la reconversión de las escuelas concertadas están obviando que los 2.000 millones de euros con los que se regará la escuela pública… ¡salen en parte del bolsillo de esas familias! Sí, que se costeen ellas la reconversión de la escuela concertada… pero sin arrebatarles en primer lugar el dinero con el que se les obliga a costear la reconversión de la pública a la que no asisten. A la postre, si el Estado les vacía los bolsillos, difícilmente esas familias podrán rascárselos para impulsar aquella escuela privada o pública que resulte de su preferencia.
Lo más respetuoso 
En definitiva, cuando el Gobierno de PSOE-Podemos decide excluir a la escuela concertada de ese fondo de 2.000 millones de euros para la reconversión de los centros educativos —amasado a partir del dinero que ha sustraído o que va a sustraer a los españoles—, no está actuando desde una ponderada neutralidad, sino desde un abierto sectarismo anti-libertad de elección educativa: lo que busca deliberadamente es arrinconar a la escuela concertada para que poco a poco vaya desapareciendo al tiempo que se sigue engordando de financiación la escuela pública, no porque así lo deseen los padres sino porque así lo imponen los políticos.
Por supuesto, en este asunto como en tantos otros en materia de enseñanza, la solución no debería pasar con mantener ese dinero público en las manos de los gobernantes para que estos lo repartan caprichosa —y quizá corruptamente— entre actores públicos o privados: la solución debería pasar por que esos 2.000 millones de euros regresen a las familias —por ejemplo, en forma de cheques escolares— de modo que sea cada una de ellas quien lo distribuya entre sus centros de enseñanza predilectos.