El número de licenciados con empleo ha aumentado durante la
Gran Recesión, como se le llama a estos años de profunda crisis económica. Eso hace ver que la educación, el capital humano que aporta el trabajador, es fundamental tanto para el empleo como para los ingresos. BBVA Research ha elaborado un informe en el que relaciona los datos de los años de estudio formal de los españoles durante cinco décadas, y los resultados son los mismos: Educación, empleo y renta están muy juntos.
Gran Recesión, como se le llama a estos años de profunda crisis económica. Eso hace ver que la educación, el capital humano que aporta el trabajador, es fundamental tanto para el empleo como para los ingresos. BBVA Research ha elaborado un informe en el que relaciona los datos de los años de estudio formal de los españoles durante cinco décadas, y los resultados son los mismos: Educación, empleo y renta están muy juntos.
El informe se titula El nivel educativo de la población en España y sus regiones, 1960-2011. Para abarcar un período tan amplio y utilizar datos comparables, han dejado de lado las mediciones que pueda haber sobre la calidad educativa (como las que recogen los informes PISA de la OCDE), y se centran en el número de años de estudios reglados, tanto en el colegio como en la formación profesional y la universidad.
De todas las conclusiones, la más relevante es la estrecha vinculación que hay entre formación y empleo. Con los datos del último año considerado, 2011, los autores del informe señalan que “los niveles educativos de las comunidades autónomas españolas muestran una elevada correlación con sus niveles de renta y de tasa de desempleo”. Cuando estudian la relación entre los años de escolarización y el PIB por hora, se ve que esta es muy estrecha. En el caso del desempleo, esa relación es algo más difusa, pero también muy cercana. Para evitar el desempleo y, en especial, para poder generar mayores ingresos, la educación es clave.
De hecho, “las regiones con un menos nivel de capital humano se caracterizan por presentar niveles de productividad que están en torno a 30 puntos porcentuales por debajo de las regiones con más capital humano”. Y por lo que se refiere al paro, su tasa de desempleo es el doble.
Llevado al plano individual, esto quiere decir que aquéllas personas que hayan abandonado prontamente la escolaridad se encuentran con una gran dificultad para encontrar empleo, y para que su aportación sea lo suficientemente alta como para generar unos ingresos altos.
Según datos de Eurostat, España es el país de la Unión Europea con una mayor tasa de abandono temprano, el 23,5 por ciento. La media de la UE está por debajo de la mitad, el 11,9 por ciento. Eso quiere decir que una parte importante de los españoles verán mermada su capacidad de ser productivos en su carrera, y de generar ingresos.
En España, de media, se estudian 9,79 años. Si a esa media le asignamos un valor de 100, la región que queda la última es Extremadura, con 87,8. A la cola están también Castilla La-Mancha (90,3), Ceuta y Melilla (90,6), y otras tres regiones en el mismo entorno, 93 puntos porcentuales, están Andalucía, Murcia y Galicia. Por el contrario, Madrid está 11,2 puntos por encima de la media, el País Vasco 5,2 puntos y Navarra, 4. Cataluña está ligeramente por encima (1,7 puntos porcentuales) de la media nacional.
Otra de las conclusiones de este estudio es que las diferencias entre las regiones se han hecho más pequeñas con el paso del tiempo; se han reducido en un 60 por ciento en estas cinco décadas. Así, en 1960, Andalucía estaba 16,4 puntos por encima de la media, y Madrid 22,6 por encima. Esa igualación entre regiones en cuanto al número de años de escolaridad ha ido aparejado, en las últimas décadas, de una menor diferencia de rentas entre ellas.
Por último, la mejora en la escolarización de los españoles ha sido enorme desde 1960. En ese año había un 15,02 por ciento de españoles analfabetos. Pero la inmensa mayoría, el 78,55 por ciento, sólo tenían educación primaria. En 1981 todavía tenía educación primaria el 71,81 por ciento de los españoles, y era analfabeto el 8,79 por ciento. Pero entonces, y gracias en gran parte a la Ley Vilar de 1970 y a las inversiones en educación de las últimas décadas, empieza a aumentar la formación de los españoles.
Así, en 2011 sólo hay un 2,03 por ciento de analfabetos, y uno de cada cuatro españoles, el 25,15 por ciento, sólo tiene como formación reglada la primaria. El 27,89 por ciento ha alcanzado la secundaria, y el 23,07 ha abandonado los estudios tras el bachillerato. El 21,86 por ciento de los españoles tienen algún tipo de formación superior.
En estos años, el número de años de escolaridad de media se ha más que doblado: de 4,70 en 1960 a 9,79 en 2011.
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