3,5 millones de estudiantes estaban matriculados en la asignatura en el curso 2014-15, los mismos que el año anterior
El 63,5% de los alumnos españoles asisten a clase de Religión Católica,
es decir, 3,5 millones de los 5,5 millones de estudiantes, según los
datos de la Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal Española
recabados por 64 diócesis de todos los colegios e institutos de España.
Este dato supone un descenso con respecto a los datos del curso
2013-2014, cuando un 65% eligieron esta materia.
Así, aunque el número total de alumnos que estudian esta
asignatura apenas ha variado, pues en el curso pasado eran también unos 3,5 millones, el porcentaje ha caído porque el número total de estudiantes ha aumentado de 5,3 a 5,5 millones.
Concretamente, en los colegios públicos, el porcentaje de
alumnos que cursan Religión Católica disminuye hasta el 51,9%, mientras
que en los centros privados o concertados religiosos suponen el 98,1% y en los centros de iniciativa social de titularidad civil, el 68,9%.
En total, en educación infantil, eligen esta asignatura un
67,5% de los padres de alumnos, un 74,2% en Primaria, un 61,8% en la ESO
y un 52,1% en Bachillerato.
Oferta obligatoria
Los obispos lamentan que la regulación de la enseñanza de la Religión
y Moral Católica recogida en la LOMCE para el Bachillerato "no
garantice la oferta obligatoria de la asignatura por parte de los
centros ni, consecuentemente, que los padres y, en su caso, los alumnos
puedan optar por ella".
A su juicio, en esta etapa educativa "no se garantiza de manera suficiente y adecuada el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y
moral que ellos deseen, ni se cumple el mandato constitucional ni el
tratado internacional entre el Estado y la Santa Sede de 3 de enero de
1979" que, según indican, "son normas de obligado cumplimiento".
En este sentido, recuerdan que la enseñanza religiosa
escolar "forma parte del derecho de los padres a educar a sus hijos
según sus convicciones religiosas" y que "a ellos corresponde la
educación de sus hijos y no al Estado".
Por ello, creen que las administraciones centrales y
autonómicas "verdaderamente democráticas" favorecerán de modo
subsidiario dicha educación libremente elegida, "sin intentar imponer concepciones religiosas o morales".
"Los obispos animamos a los padres cristianos a que inscriban a sus hijos en la asignatura de religión y agradecemos a los docentes de dicha asignatura su servicio a la formación integral de los alumnos", subrayan.
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