Inés Molina, de ABC, me llamó y mantuvimos una larga conversación acerca de metodologías educativas, de la incorporación de la tecnología, de online y blended education, del cambio de papel del profesor y de cómo herramientas como los documentos compartidos, los repositorios, los blogs o los hilos de comentarios se convierten en el canal a través del cual la educación cambia realmente de siglo: frente a tecnología para “presentar documentos bonitos” o para hacer de “calculadora con esteroides”, pasamos a la idea de tecnología como proceso, como hilo conductor del aprendizaje, como forma de gestionar una información que ya no viene en formatos cerrados, en libros de texto o en apuntes, sino que se encuentra por todas partes, a golpe de clic, y que los alumnos tienen que aprender a cualificar y a gestionar de manera eficiente.
Resulta curioso ver cómo metodologías que empezamos a aplicar a la educación online – que rápidamente dejó de percibirse como “el sustituto pobre de quienes no pueden recurrir a la presencial” para ser un producto en muchos casos incluso superior – se integran ahora cada vez más en la formación tradicional, suplementando y mejorando la interacción en el aula, y progresivamente, a todos los niveles. Obviamente, ni todas las instituciones, ni todos los profesores, ni todos los alumnos están aún ahí. Pero la dirección de la evolución está cada día más clara.
El artículo de Inés en el que recoge parte de esa conversación se publicó el pasado domingo 18, y se titula “El trabajo compartido revoluciona las aulas” (pdf). Creo que ha salido en algunos de los medios regionales del grupo Vocento.
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