El relativismo se ha implantado en la sociedad contemporánea como un forma estándar de acercarnos a la realidad; casi todo es fruto del punto de partida de quien enjuicia las cosas y no tanto de cómo son las cosas en sí, lo que dificulta encontrar un sólido terreno sobre el que edificar cualquier intercambio de ideas. Casi todo es discutible, opinable, fruto de la interpretación que cada uno haya elegido... Pero ese planteamiento mina el conocimiento humano; si todo depende del punto de partida, no podemos entender la realidad, sino solo interpretarla. La excepción a ese estado mental es el método científico, que aparentemente asegura que podamos hablar objetivamente. Solo la ciencia empírica es capaz de conocer la realidad, de medirla y modificarla. Parece que solo la Ciencia proporciona garantía de veracidad: si los datos medibles confirman una hipótesis, podemos darla por buena, y ése es el único medio de avanzar en el conocimiento: todo lo demás es opinión de cada uno, y ni siquiera vale la pena discutir sobre su veracidad.
Naturalmente que ese planteamiento es muy simplificador. Por un lado, se desconoce que la Ciencia tiene muchas limitaciones; para empezar la propia de su método, pues sólo mide la realidad material. Hay muchas cuestiones que nos preocupan día a día y que no son medibles científicamente, desde el amor de una madre, hasta los valores éticos o las fluctuaciones de la economía. Que la Ciencia es limitada lo saben en primer lugar los propios científicos, que conocen las incertidumbres asociados a cualquier medición de la realidad, la fragilidad de las hipótesis, la dificultad de establecer principios inmutables.
El Dr. Alejandro Serani tiene la virtud de compartir un perfil científico y filosófico. Es un especialista en neurofisiología que ha sabido completar las carencias de la Ciencia con la Filosofía para proporcionarnos una visión mucho más integrada de qué somos y cómo se relacionan esos dos principios, mente y cerebro, que forman nuestro yo.
En su último libro: Mente y cerebro. Una comprensión biofilosófica del viviente animal, el profesor Serani proporciona una visón muy interesante sobre las relaciones entre nuestra estructura fisiológica y nuestro conocimiento.
El supuesto dilema entre mente y cerebro, un principio espiritual y otro material, que han intentado eliminar removiendo la parte espiritual o la material, sólo se resuelve mediante la unión personal, ya que son parte de la realidad de cada ser humano.
La Ciencia es un instrumento maravilloso de conocimiento, pero no es suficiente; no toda la realidad es científica. Es preciso conocer otros enfoques, otras visiones de la realidad que nos permiten entenderla en toda su riqueza.
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martes, 22 de septiembre de 2015
La mirada de la Ciencia no basta
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