Pasolini era «un hombre muy dulce, pero con durezas de diamante. Tenía una gracia intelectual que se refleja en sus obras en forma de profecía. Era un profeta porque comprendió, hace 40 años, cómo se iba a transformar el mundo, desgraciadamente de manera dolorosa y dramática. Hoy los jóvenes lo aman, porque en su muerte hay un elemento de martirio». Este es el retrato que hace a ABC de Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 1922 – Roma, 1975) la que fue su amiga íntima, la escritora Dacia Mariani, cuando Italia conmemora los cuarenta años de la trágica muerte del poeta, escritor, cineasta, dramaturgo, ensayista y pintor, considerado como uno de los mayores artistas e intelectuales italianos del siglo XX.
«Italia tiene el deber de recordar a Pasolini y de transmitir a las nuevas generaciones la actualidad de su mensaje de búsqueda y de denuncia», dijo el ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini, cuando a comienzos de año nombró una comisión para coordinar y promover las muchas iniciativas culturales en homenaje a Pasolini, desaparecido en la noche del 1 al 2 de noviembre 1975, confiándole la presidencia de esa comisión a Dacia Maraini.
El cambio dañó a la persona
Ella nos comenta la actualidad del mensaje de Pasolini: «El mensaje que transmite su obra es la preocupación por el paso de una civilización rural a otra del mercado en la que se pierden los valores. No es que él quisiera un retorno al mundo rural, sino que hubiera deseado una transición justa y madura, sin el deterioro que después se ha producido. Su idea es que ha habido una degradación terrible que ha dañado a la persona».
Pasolini, atento observador de los cambios de la sociedad italiana, suscitó fuertes polémicas, porque era un intelectual provocador, un escritor contracorriente, un personaje incómodo para el poder, un hereje que elevaba la voz fuera del coro. Era, sobre todo, un poeta, y lo era también en sus películas, en su teatro y en sus artículos. Pasolini no temía la diversidad y por eso amaba las periferias, porque además no estaban contaminadas del consumismo, que él atacaba ferozmente. La literatura de Pasolini es profética y vuelve a ser importante porque precisamente hoy se vuelve a hablar de las «periferias urbanas», temas para él queridos y cercanos. Incluso el papa Francisco ha colocado al centro de su pontificado las «periferias geográficas y existenciales». «Hay una coincidencia con el discurso que hace Francisco, porque en el fondo el Papa y Pasolini se refieren a un a un punto central de referencia de nuestra cultura que es el evangelio, el cristianismo, que hablan de amor, de paz y perdón, valores que se han alejado de nuestra cultura», subraya Dacia Maraini.
El Vaticano lo elogia hoy
Pasolini fue considerado un «intelectual hereje», pero hoy se le reconoce que para realizar la película «El evangelio según San Mateo», tuvo «la inspiración digna de un creyente». Así lo escribió el pasado año el periódico de la Santa Sede, «L’ Osservatore Romano», elogiando «la humanidad que el realizador traslada a la pantalla, dando un vigor nuevo al verbo cristiano. El Evangelio en este contexto aparece todavía más actual, concreto, revolucionario». Así, después de ser acusado de blasfemia, hoy en la Iglesia se aplaude la visión de Pasolini: «El discurso del evangelio es más valioso que nunca, y Pasolini lo puso de manifiesto. Resaltó que el dinero no puede ser el primer valor de nuestra sociedad. El amor al prójimo y la sacralidad de la persona son el fundamento de la cultura cristiana, y así lo consideraba Pasolini. Y yo lo digo como laica: No podemos no llamarnos cristianos, porque el cristianismo es la base de nuestra cultura. Nos hemos alejado de esas raíces y Pasolini pensaba que hay que volver a ellas», afirma Maraini.
Numerosos son los actos y conferencias que se realizan en Italia para recordar a Pasolini. Su ciudad, Bolonia, con el lema «Más moderno de cualquier moderno», recuerda al intelectual con proyecciones, lecturas y una emocionante exposición. El periódico «Corriere della Sera», que publicó algunos de sus artículos, venderá 22 de sus obras, una cada semana, porque «Pasolini fue un autor extraordinario que todavía hoy sorprende y emociona». Páginas llenas de pasión y de vida en novelas, guiones, ensayos críticos y poesías, con títulos como «Las cenizas de Gramsci», «La religión de mi tiempo», «Pasión e ideología», «El evangelio según Matteo», «Muchachos de la calle», «Una vida violenta», «Amado mío», «Poesía en forma de rosa», «Escritos corsarios», «Teorema» y «Petróleo». Precisamente, en Roma se ha organizado a partir de mañana, en el Teatro Argentina, una especie de maratón extraordinario de 72 horas dedicado a Pasolini, en particular a su durísima obra inacabada «Petróleo», con 23 actores y actrices, que leerán textos escogidos por Dacia Maraini.
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