El juez de Menores de Granada Emilio Calatayud no muestra ningún reparo a la hora de criticar la decisión de la Consejería de Educación de dar títulos de la ESO a alumnos con dos suspensos sin necesidad de presentarse a la recuperación de septiembre, lo que ha suscitado una investigación por parte de la Fiscalía Superior Andalucía tras la denuncia presentada por la Asociación de Profesores de Instituto (APIA). Su opinión en este sentido es clara y contundente. «Me parece una barbaridad», sentenció.
En una entrevista concedida a ABC, el juez de Menores, conocido por imponer sentencias ejemplares, anunció que en septiembre va a remitir un oficio a la Delegación de Educación de Granada a través del cual invitará al responsable provincial, Germán González, para que acuda a sus juicios y «vea el nivel que tenemos».
Una invitación que tiene previsto hacer extensible a la consejera Sonia Gaya: «Estaría bien que viniera y comprobara la cantidad de menores analfabetos e incultos que tenemos». De hecho, no sería la primera vez que desde el ámbito educativo muestran interés por la situación que viven diariamente en los juzgados de Menores que dirige Calatayud. Ya el año pasado año recibieron la visita de un inspector de Educación, una experiencia «muy positiva», recordó.
Aseguró que muchos de los casos que tiene que juzgar «se tratan de chavales que a duras penas saben leer y escribir y yo me pregunto cómo esos niños pueden estar en 3º o en 4º de la ESO y ¿sabe lo que me contestan?, que por ley les tienen que aprobar», subrayó.
El juez Calatayud reconoce que puede llegar a imponer una media de más de 200 condenas a menores en un año en las que la única obligación que tienen es sacarse el título de la ESO. «Cuando pasa el tiempo, es lo que más llegan a agradecerme, porque tener un título les abre muchas puertas», recordó. Pero es que además, aseguró que al año también impone una media de entre 20 y 25 sentencias en las que obliga a los menores a aprender a leer y a escribir, «y hasta les hago un examen final si hace falta», destacó.
«Aprobados de despacho»
Y es que, tal y como afirma Emilio Calatayud, «la ESO deben sacarla ya sea por lo civil o por lo criminal». Dice que «a estas alturas» lo único que le sorprende es que en pleno siglo XXI tenga que dictar sentencias para obligar a los chavales a sacarse la ESO. «¿Esta etapa no es obligatoria?», se preguntó Calatayud, al mismo tiempo que se lamentó de que hoy en día los padres están «completamente desautorizados».
«No es posible que me siga encontrando a padres que me reconozcan que no pueden obligar a sus hijos a ir al colegio; a nadie le gusta estudiar, a mi tampoco me gustaba pero claro que hay que obligarles», se quejó.
Para el juez Emilio Calatayud, los «aprobados de despacho» le parecen «una vergüenza» al considerar que «no se premia el esfuerzo ni el trabajo sino al vago». En este sentido, no concibe cómo Educación ha aprobado a los alumnos suspensos en junio «cuando los exámenes de recuperación son en septiembre».
De igual forma, el juez Calatayud se mostró también «en contra» de dar becas a los alumnos que suspenden. «Yo no soy partidario de dar becas a los alumnos que no dan ni golpe, porque ese dinero sale de todos nosotros», apostilló.
Profesores sin autoridad
Sobre la denuncia presentada por APIA y la desmotivación que esta situación está provocando entre el profesorado, reconoció que el docente se encuentra «completamente indefenso». Indicó, a este respecto, que cuando un padre «pide cuentas a Educación por el suspenso de su hijo», lo primero que hacen desde la Inspección es pedir el programa educativo del docente, «sin ni siquiera ver primero el examen del niño».
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