“La indisciplina es víctima de las buenas intenciones de la escuela, porque fomenta más la espontaneidad que la seriedad”
El profesor Gonzalo Luri se pregunta por qué, en España, socialistas y nacionalistas, “con un mismo consenso legislativo” en educación y “desastrosos resultados”, se consideran “con el derecho de propiedad de la escuela”
Con un sentido común que desarma, cincela titulares de quien se ha fajado con estudiantes desde primaria a la universidad. Profesor de Filosofía en la UNED y autor de varios libros, Luri, retoma sin complejos una antropología desideologizada para acusar a la escuela actual de hacer “del antiintelectualismo una pedagogía de culto”, en la que se “da escaso valor escolar al talento, por eso nuestros jóvenes no quieren ser emprendedores, sino funcionarios”.
Considera además que está desconectada del sistema productivo, “porque no ha servido para amortiguar los efectos de la crisis”, a pesar de las “ingentes cantidades invertidas”, por lo que cree que “vive completamente de espaldas a los resultados”. Resultados que hay que valorar vengan de donde vengan, opina, “porque lo que está en juego es la posibilidad de decidir” y añade que sólo conoce un centro educativo donde se estudia robótica y es sólo de chicas.
Sobre la educación en casa, opina que es el único ámbito donde “se nos quiere incondicionalmente”, pero advierte que ese amor de los padres por los hijos se empieza a practicar “de manera un tanto neurótica” y les anima a ocuparse “un poco menos” de ellos “para poder ocuparnos mejor.”
-¿Qué es para Ud. educar?
Básicamente, tres cosas: desarrollar la atención, dirigir el apetito y disponer de una amplia cultura general (que es la cultura común).
-Los grandes partidos siguen sin ponerse de acuerdo en cuestión educativa, ¿cómo enjuicia este continuo "baile" legislativo y de qué modo ha afectado y afecta a los alumnos?
Creo que esa dificultad, real, para el consenso entre los partidos en cuestiones educativas refleja en otra dificultad mucho más preocupante: la incapacidad de los gestores educativos públicos para conquistar consensos sociales amplios. Por eso se acabará imponiendo la autonomía de los centros. Por otra parte, aunque es cierto que hemos tenido varias leyes, todas las que se han puesto en práctica han contado con un mismo consenso legislativo, el de socialistas y nacionalistas. Habría que preguntarse por qué en nuestro país esta mayoría se considera con el derecho de propiedad de la escuela. ¿Quién tiene la culpa de nuestros desastrosos resultados escolares?
-¿Qué le parece la nueva ley del ministro Wert?
Me parece que era necesaria una reacción contra nuestros altísimos niveles de fracaso escolar. Pero dudo que el ministro Wert represente esta reacción. Ahora bien, la virtud de un gobernante la marca siempre su fortuna. Y ya veremos cómo evolucionan los resultados de nuestros alumnos si la ley se mantiene unos años. Respecto a su contenido, me parece que incluso los que la critican, mantendrán sus ideas básicas si están en condiciones de cambiarla: apertura de itinerarios, reforzamiento de las materias troncales, evaluaciones externas… Con respecto a los contenidos, a mi no me preocupan especialmente. Los docentes españoles llevan muchos años ejerciendo sin tener muy en cuenta los programas oficiales.
-¿Cuáles son los principales aspectos que debería mejorar/cambiar cualquier normativa sobre la enseñanza?
Me conformo con dos: la formación del profesorado y una evaluación seria al final de la escolarización. Respecto a la formación del profesorado, creo necesario, primero, el dominio del castellano y el inglés; segundo, la adquisición de conocimientos académicos amplios; tercero, la capacitación para transmitir esos contenidos (el profesor educa por impregnación); cuarto, la competencia para detectar dificultades de aprendizaje y diseñar estrategias de recuperación; quinto, la introducción de prácticas reflexivas.
Con un sentido común que desarma, cincela titulares de quien se ha fajado con estudiantes desde primaria a la universidad. Profesor de Filosofía en la UNED y autor de varios libros, Luri, retoma sin complejos una antropología desideologizada para acusar a la escuela actual de hacer “del antiintelectualismo una pedagogía de culto”, en la que se “da escaso valor escolar al talento, por eso nuestros jóvenes no quieren ser emprendedores, sino funcionarios”.
Considera además que está desconectada del sistema productivo, “porque no ha servido para amortiguar los efectos de la crisis”, a pesar de las “ingentes cantidades invertidas”, por lo que cree que “vive completamente de espaldas a los resultados”. Resultados que hay que valorar vengan de donde vengan, opina, “porque lo que está en juego es la posibilidad de decidir” y añade que sólo conoce un centro educativo donde se estudia robótica y es sólo de chicas.
Sobre la educación en casa, opina que es el único ámbito donde “se nos quiere incondicionalmente”, pero advierte que ese amor de los padres por los hijos se empieza a practicar “de manera un tanto neurótica” y les anima a ocuparse “un poco menos” de ellos “para poder ocuparnos mejor.”
-¿Qué es para Ud. educar?
Básicamente, tres cosas: desarrollar la atención, dirigir el apetito y disponer de una amplia cultura general (que es la cultura común).
-Los grandes partidos siguen sin ponerse de acuerdo en cuestión educativa, ¿cómo enjuicia este continuo "baile" legislativo y de qué modo ha afectado y afecta a los alumnos?
Creo que esa dificultad, real, para el consenso entre los partidos en cuestiones educativas refleja en otra dificultad mucho más preocupante: la incapacidad de los gestores educativos públicos para conquistar consensos sociales amplios. Por eso se acabará imponiendo la autonomía de los centros. Por otra parte, aunque es cierto que hemos tenido varias leyes, todas las que se han puesto en práctica han contado con un mismo consenso legislativo, el de socialistas y nacionalistas. Habría que preguntarse por qué en nuestro país esta mayoría se considera con el derecho de propiedad de la escuela. ¿Quién tiene la culpa de nuestros desastrosos resultados escolares?
-¿Qué le parece la nueva ley del ministro Wert?
Me parece que era necesaria una reacción contra nuestros altísimos niveles de fracaso escolar. Pero dudo que el ministro Wert represente esta reacción. Ahora bien, la virtud de un gobernante la marca siempre su fortuna. Y ya veremos cómo evolucionan los resultados de nuestros alumnos si la ley se mantiene unos años. Respecto a su contenido, me parece que incluso los que la critican, mantendrán sus ideas básicas si están en condiciones de cambiarla: apertura de itinerarios, reforzamiento de las materias troncales, evaluaciones externas… Con respecto a los contenidos, a mi no me preocupan especialmente. Los docentes españoles llevan muchos años ejerciendo sin tener muy en cuenta los programas oficiales.
-¿Cuáles son los principales aspectos que debería mejorar/cambiar cualquier normativa sobre la enseñanza?
Me conformo con dos: la formación del profesorado y una evaluación seria al final de la escolarización. Respecto a la formación del profesorado, creo necesario, primero, el dominio del castellano y el inglés; segundo, la adquisición de conocimientos académicos amplios; tercero, la capacitación para transmitir esos contenidos (el profesor educa por impregnación); cuarto, la competencia para detectar dificultades de aprendizaje y diseñar estrategias de recuperación; quinto, la introducción de prácticas reflexivas.
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