El Papa Benedicto XVIresaltó que "el gran desafío de hoy es 'globalizar' no solo los intereses económicos o comerciales, sino también las expectativas de solidaridad, respetando y valorando la aportación de cada miembro de la sociedad", en su discurso ante la FAO que se reúne en Roma del 3 al 5 de junio.
En el mensaje, leído por el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado Vaticano, en ocasión de la "Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial: los Desafíos del Cambio Climático y la Bioenergía", el Santo Padre destacó que "el hambre y la malnutrición son inaceptables en un mundo que, en realidad, dispone de niveles de producción, de recursos y de conocimientos suficientes para poner fin a este drama y a sus consecuencias".
A los participantes, el Pontífice alentó luego a continuar con "las reformas estructurales que, a nivel nacional, son indispensables para afrontar con éxito los problemas del subdesarrollo, de los que el hambre y la malnutrición son consecuencias directas".
"Pobreza y malnutrición no son una simple fatalidad provocada por situaciones ambientales adversas o por calamidades naturales desastrosas. Por otra parte, las consideraciones de carácter exclusivamente técnico o económico no deben prevalecer sobre los deberes de justicia hacia los que padecen hambre".
El Santo Padre señaló después que el "derecho primario a la alimentación está intrínsecamente vinculado a la tutela y a la defensa de la vida humana. Cada persona tiene derecho a la vida; por eso, es necesario promover la puesta en práctica de manera eficaz de este derecho y se debe ayudar a las poblaciones que sufren por la falta de alimentos a llegar a ser poco a poco capaces de satisfacer las propias exigencias de una alimentación suficiente y sana".
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