Sin embargo, son los ateos quienes se consideran más abiertos a pesar de ser menos propensos a aceptar los puntos de vista ajenos.
Las personas religiosas “parecen percibir e integrar mejor las perspectivas divergentes”, aseguran los investigadores de psicología de la Universidad Católica de Lovaina.
Filip Uzarevic, uno de los autores del estudio, dijo que las personas con mentalidad cerrada no se encuentran solo entre los religiosos, y que con este estudio se demostraba “que la relación entre ambos aspectos dependía únicamente 'de la mentalidad de la persona'”.
“Sorprendentemente, cuando se midió la receptividad para para integrar puntos de vista que eran divergentes y contrarias a los propios, fueron los religiosos quienes mostraron más apertura”, reconoce Uzarevic.
Para el doctor Uzarevic, su estudio “¿Son ateos no dogmáticos?” afirma que el ateísmo se ha convertido “en una norma” en algunos países occidentales.
Examinó tres aspectos de la rigidez mental en 445 ateos y agnósticos, 255 cristianos y un grupo de 37 budistas, musulmanes y judíos.
El estudio afirma que los no creyentes alcanzaron menores niveles que las personas religiosas en el apartado “dogmatismo autodeclarado”, pero eran más altos en la “intolerancia”.
Uzarevic reconoce que la idea de este estudio surgió porque a pesar de que muchas veces el discurso público de grupos conservadores / liberales era abierto la opinión les percibía como personas de mente cerrada. Y al revés, cuando más secular, más tolerante y abierto.
Sin embargo el hallazgo ha sido el contrario. Es más, según esta investigación, cuánto más se aferra uno al ateísmo, más cerrado es de mente.
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