Una vida entre dos fuegos
de Nieves San Martín
Victoria Díez fue fusilada en la madrugada del 12 de agosto de 1936, junto al sacerdote –del que había sido fiel colaboradora en la catequesis y la organización de la Acción católica–, y otros dieciséis vecinos en la Mina del Rincón, por promotores de una revolución anarco-libertaria.
Dio la vida por la fe en 1936, a los 32 años, en Hornachuelos, pueblo tomado por elementos promotores de una revolución anarco-libertaria, que acabó con las autoridades legalmente constituidas, fomentada por cabecillas de otros pueblos y secundada por escopeteros de la localidad.
En la madrugada del 12 de agosto, junto al sacerdote –del que había sido fiel colaboradora en la catequesis y la organización de la Acción católica–, y otros dieciséis vecinos, fue fusilada en la Mina del Rincón, a doce kilómetros del pueblo.
Su fama de santidad fue muy temprana: murió como había vivido. Los habitantes de Hornachuelos se unieron para mantener viva su memoria. Fue beatificada por Juan Pablo II en Roma, en 1993. Hoy llevan su nombre como inspiración centros educativos de diversos países y un centro de estudios teológicos diocesano en Córdoba.
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