domingo, 10 de abril de 2011
Sólo un 3% de los alumnos alcanza el nivel de excelencia en España
La media de los países de la OCDE es del 8%. El anuncio de la creación de un Bachillerato de Excelencia en Madrid ha abierto el debate sobre nuestro sistema educativo. En Tribunal, en pleno centro de Madrid. Allí se impartirá a partir de septiembre, con el inicio del curso 2011-2012, el Bachillerato de Excelencia anunciado esta semana por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. El instituto San Mateo, ubicado en la calle Beneficencia 4, ha sido el centro escogido para arrancar el proyecto piloto. Los mejores alumnos de Secundaria de Madrid que opten al centro ocuparán cuatro aulas, donde se impartirán dos itinerarios de 1º de Bachillerato: Ciencias y Tecnología y Ciencias Sociales. Los aproximadamente 100 alumnos que entren en el instituto excelente lo harán de forma voluntaria. Eso sí, deberán reunir dos requisitos: haber terminado la ESO con mención honorífica, es decir, con una nota media mayor o igual a siete en la Prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables (CDI) de 3º y finalizar 4º con una nota superior al ocho. En Madrid hay unos 3.000 alumnos que podrían presentarse a la prueba de acceso, según la Consejería de Educación de la Comunidad, pero los únicos que podrán entrar en el centro de forma automática serán los 25 que obtengan el Premio Extraordinario de Secundaria. Contienda política La batalla dialéctica no se ha hecho esperar, y a este modelo único en España que ofrecerá a los estudiantes “una enseñanza que aspire a la máxima excelencia”, en palabras de Aguirre, el Ministerio de Educación ha respondido diciendo que es una propuesta “segregadora”, contraria “al principio básico de socialización en las aulas”. El ministro, Ángel Gabilondo, ha señalado que el sistema educativo tiene que atender a los alumnos “sin aislar y separar”. Opinión compartida por los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, así como por Izquierda Unida. Gaspar Llamazares ha apuntado que el PP tiene “una concepción elitista y no democrática” y “lo que hay que hacer es dar una educación pública igualitaria y de calidad al conjunto de los ciudadanos”. Pero “atender al principio de igualdad de oportunidades es dar a cada alumno la educación que necesita. No a todos la misma. Simplemente porque todos somos distintos”, apunta el catedrático de la Universidad de Navarra, Javier Tourón. En medio de la polémica, la socialista Amparo Valcarce ha denunciado que la idea de excelencia de Esperanza Aguirre “es para un solo instituto, menos de 100 alumnos, y menos de 25 profesores”. “Los socialistas queremos excelencia en todos los centros, para que puedan ir a los programas de profundización de conocimientos todos los alumnos que lo soliciten, en su IES y sin discriminación por el lugar en el que residan”. Tras la discusión política queda la opinión generalizada de la comunidad educativa. La mayor parte de los expertos ha aplaudido la propuesta. “La medida me parece muy oportuna”, señala José Luis García Garrido, catedrático de Educación Comparada de la UNED. “Del informe PISA todo el mundo se queda con el fracaso escolar, pero hay un dato realmente preocupante: sólo el 3% alcanza la excelencia, frente al 8% de la media de la OCDE. Cualquier medida que se tome para impulsar a los mejores siempre debe ser bien recibida”. “Prestigiar la excelencia por el camino que sea siempre es una noticia buenísima”. “Es una medida que estimula a los alumnos”, subraya el presidente de la Concapa, Luis Carbonell. “Si estos chicos pretenden estudiar más para conseguir la mayor formación posible, sin duda repercutirá como estímulo y ejemplo para todos los demás, que verán cómo se premia la excelencia y el esfuerzo”. Porque, según afirma Tourón, “un sistema educativo que se orienta al alumno medio acaba por no servir bien a nadie”. Un razonamiento que no es compartido por José Luis Pazos, presidente de la Federación de Asociación de Padres Francisco Giner de los Ríos, quien apuesta por “dar posibilidad de desarrollo de estos chicos fuera del horario lectivo”. Sin embargo, estas fórmulas son “algo normal en cualquier país civilizado, lo extraño era no tenerlo”, apunta García Garrido. En países como Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y los Países Bajos (ver gráfico) no sólo existen centros escolares de excelencia en el Bachiller sino en todos los niveles desde primaria. Así, Alemania ofrece a partir de los 10 años tres tipos distintos de centros y sólo los estudiantes con un buen rendimiento académico pueden ir a los Gymnasium.
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