domingo, 31 de octubre de 2010

Entrevista Carlos Esteban Garcés, autor del Informe Protagonistas de la clase de Religión

ImageReproducimos esta entrevista tan interesante:

Carlos Esteban Garcés es desde hace quince años el director de la revista profesional de los profesores de Religión, “Religión y Escuela”. Desde 1999 es el responsable de la formación permanente de los profesores de Religión en la Archidiócesis de Madrid, donde dirige su departamento de formación en la delegación diocesana de enseñanza. Como profesor universitario es el titular de Pedagogía de la Religión en el Centro Universitario La Salle, en la Universidad Autónoma de Madrid.

ImageHa publicado varios libros sobre la didáctica de la enseñanza de las religiones y su presencia en el sistema educativo, los últimos se refieren a la incorporación de las competencias básicas a la clase de Religión. Ahora acaba de presentar su último trabajo, un estudio sociológico sobre las familias, los alumnos y los profesores de Religión basado en casi 7.000 encuestas y publicado por la Fundación SM.

Partiendo de los resultados de este Informe sociológico, ¿en qué situación se encuentra ahora mismo la asignatura de Religión en nuestro país?

Los resultados de este estudio no dejan espacio para las dudas, la clase de Religión está en una situación muy positiva y ha mejorado mucho en los últimos diez años. Si se comparan los datos de este estudio sociológico que acabo de publicar con los del anterior estudio sobre este tema, elaborado por la Conferencia Episcopal hace 10 años, las familias están más satisfechas ahora en 9 puntos porcentuales, los alumnos valoran más y mejor las aportaciones educativas de la clase de Religión, y los profesores se sienten más realizados ahora y su valoración por parte de sus alumnos ha subido notablemente. Como ves, los datos revelan una muy buena salud de la clase de Religión en sus protagonistas, las familias, los alumnos y los profesores, así que no queda más remedio que concluir que la clase de Religión solo es un problema para los que ni la eligen ni la conocen, es un problema más mediático y político que real.

¿Entiende la sociedad española el papel que desempeña la asignatura de Religión en la formación de los alumnos?

El tema que me planteas tiene una respuesta ambivalente. Por una parte, es claro que se valora la asignatura de Religión porque las familias la eligen libre y anualmente desde hace 30 años y el porcentaje de este mismo año es superior al 72%. No solo la eligen, sino que el porcentaje de satisfacción con la clase de Religión que reciben sus hijos es muy alto y casi el 80% están satisfechas o muy satisfechas, según este último estudio.

Sin embargo, es evidente que la clase de Religión sigue despertando polémica en nuestra sociedad, un dato preocupante que revela el estudio y que confirma esta controversia es que una de cada tres familias de las que elige Religión considera que es un privilegio de la Iglesia más propio de tiempos pasados que de la democracia, y no pocos de ello cree que acabará desapareciendo.

Hay que concluir que la imagen social de la clase de Religión sigue muy vinculada a los tiempos de la dictadura y, por tanto, es necesario hacer una pedagogía social para explicar que la enseñanza de la religión es un derecho fundamental de las familias y forma parte de las finalidades propias de la institución escolar, es una realidad que no dimana del Estado y él lo concede, sino que en cuanto derecho fundamental debe ser protegido y garantizado por los poderes públicos. Y esto es así no solo con la enseñanza de la Religión Católica, también las otras religiones y confesiones tienen acuerdos con el Estado y su presencia en el sistema educativo está regulada si las familias la eligen.

¿Por qué genera tanta polémica esta asignatura en el mundo político y sindical?

Es evidente, aunque todavía algunos lo nieguen hoy, que la educación nunca es neutral y que los fines de la educación suponen siempre una cosmovisión. Todo modelo educativo, se confiese o no, se enmarca en una cosmovisión, en una ideología o en una religión. Desde esta perspectiva se entenderá pronto que quienes tienen una visión de la persona y de la sociedad que no incluye la dimensión religiosa acaban proponiendo una educación sin religión.
De hecho, cuando se dialoga con los grupos políticos o sindicales que están en contra de la clase de Religión, si se les pregunta más allá del ámbito escolar, también excluyen lo religioso de lo social, de lo público y de todos los ámbitos, porque de lo que están en contra es de la religión en general; lo escolar es siempre una consecuencia posterior de su posición primera que es ideológica o cosmovisional. En cualquier caso, permíteme decirte que esa opinión el legítima en una sociedad plural, lo que no es tolerante es pretender que sea la única o la más democrática.

En relación con el profesorado de Religión, ¿qué valoración hace el Informe de su situación laboral y profesional?

El profesorado se siente muy satisfecho con su situación laboral actual y en una inmensa mayoría se siente realizado en su labor docente. De hecho, cuando hemos preguntado si cambiarían de trabajo, si pudieran, solo un 8% dice que sí y la mayoría dice que no. El perfil del profesorado de Religión que revelan los datos de este estudio es muy comprometido, todos ellos tienen la titulación académica requerida, en la pública todos tienen la DECA mientras que en la concertada solo la tienen el 80%, y en secundaria el 67% tiene doble titulación universitaria. Además, dos de cada tres tiene, además de su trabajo, un compromiso de voluntariado con temas de justicia social. Y uno de cada tres está vinculado a una asociación o milita en un sindicato.

¿Tiene la asignatura de Religión la consideración académica que se merece?

Por supuesto que no, hasta ahora no. Creo que abordar una regulación “normal” sobre la clase de Religión es una asignatura pendiente de nuestra democracia. Todas las regulaciones que hemos tenido en estos 30 años desde la transición han sido parciales, nunca objeto de consenso social o político, siempre impuestas por quienes han aprobado las reformas educativas. Y creo que se puede decir sin perder la objetividad que siempre han sido problemáticas para la clase de Religión. Es cierto que en todas las reformas se ha garantizado la presencia de la enseñanza de la religión en el sistema educativo, pero también es cierto que se ha hecho desde un escrupuloso y obligado cumplimiento de la legislación internacional, y nunca desde un planteamiento cívico o educativo. Creo que todavía no hemos alcanzado el nivel de los países europeos en los que la enseñanza de las religiones forma parte de sus sistemas educativos con máxima normalidad.

¿Por qué siguen eligiendo de manera mayoritaria la asignatura de Religión el 72% de los alumnos españoles?

Los datos del estudio son claros en este tema. Las familias eligen la clase de Religión por motivos religiosos en un 74% mientras que el resto, hasta un 26% lo hacen por los valores que propone y el aumento de la cultura que supone la clase de Religión. Es importante notar que hace 10 años también era ese mismo porcentaje el que elegía la clase de Religión por motivaciones religiosas, pero ha aumentado en estos años los que la eligen por sus valores. Personalmente valoro mucho que en una sociedad plural como la nuestra, tres de cada cuatro nos elijan por cuestiones de fe, pero que también haya un importante porcentaje que sin compartir experiencia de fe sí comparten nuestros valores.

¿Considera que el hecho de que la alternativa a la asignatura de Religión esté siendo en algunas Comunidades Autónomas utilizada como refuerzo curricular está influyendo en el número de alumnos matriculados en Religión?

Lo que es público y notorio es que los alumnos que cursan el área de Religión tienen una materia curricular más en su plan de estudios, mientras que los que no la eligen tienen menos horario curricular, menos exigencia y, como dices, en algunos casos apoyos. Por tanto, la enseñanza de la religión se imparte en condiciones académicas que discriminan a los que la eligen y de alguna manera premian a los que no la eligen, algo que es la adolescencia tiene mucho impacto a la hora de elegir. A pesar de todo, el 72% es un porcentaje muy elevado. En el estudio les hemos preguntado si pudieran elegir Matemáticas, cuántos la elegirían, y sale un 63%, y un 6% la Lengua.

En el actual contexto educativo, ¿cuál considera que es el futuro que le espera a la asignatura de Religión y a su profesorado? En su opinión, ¿qué se debería hacer al respecto?

Desde luego el tema de la clase de Religión se debe abordar más desde planteamientos pedagógicos que políticos. Creo que nuestra sociedad caminará hacia donde ya han llegado los países más desarrollados de nuestro alrededor y la clase de Religión será mejor tratada y formará parte del currículo escolar, porque aporta numerosas contribuciones educativas que son todas ellas positivas para formación de los alumnos y la construcción social sin que ello disminuya lo más mínimo la libertad religiosa o cualquier otra libertad fundamental.


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