Crecen en la Iglesia las iniciativas solidarias ante la crisis que se ceba en los pobres. ¡Gran gesto pascual!
Uno recuerda la valiente invitación de Juan Pablo II: “Si menester fuera, habría que enajenar bienes eclesiásticos para erradicar el hambre de la tierra”.
Lo dijo el Papa pero ha tenido menos eco que la Misa Tridentina o el preservativo dichoso.
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