La Oficina de Prensa de la Santa Sede emitió hoy un comunicado en el que precisa que la publicación del nuevo "Oremus et pro Iudaeis" para el Misal Romano de 1962 no ha cambiado en lo absoluto la actitud de la Iglesia Católica ante los judíos.
En el comunicado, se afirma que "tras la publicación del nuevo 'Oremus et pro Iudaeis' para la edición del 'Missale Romanum' de 1962, algunos sectores del mundo hebreo han manifestado su contrariedad al considerar que ese texto no resultaba en armonía con las declaraciones y las afirmaciones oficiales de la Santa Sede relativas al pueblo judío y a su fe, que han caracterizado el progreso en las relaciones de amistad entre los Judíos y la Iglesia Católica en estos cuarenta años".
"La Santa Sede asegura que la nueva formulación del 'Oremus', con la que se han modificado algunas expresiones del Misal de 1962, no pretendía, absolutamente, manifestar un cambio en la actitud de la Iglesia Católica hacia los judíos, sobre todo a partir de la doctrina del Concilio Vaticano II, en particular en la declaración 'Nostra aetate', que según las palabras pronunciadas por Benedicto XVI en la audiencia a los Rabinos Jefes de Israel el 15 de septiembre de 2005 supuso 'una piedra angular en el camino de la reconciliación de los cristianos con el pueblo judío'", explica el documento.
"La permanencia de la actitud presente en la declaración 'Nostra aetate' se evidencia, por otra parte, en el hecho de que el 'Oremus' por los judíos contenido en el Misal Romano de 1970 sigue en pleno vigor, y es la forma ordinaria de la Oración de los Católicos", prosigue.
Luego de recordar que el documento conciliar Nostra aetate, sobre las relaciones de la Iglesia Católica con las religiones no cristianas, "expone los principios fundamentales que han sostenido y sostienen también hoy las relaciones fraternales de estima, de diálogo, de amor, de solidaridad y de colaboración entre católicos y judíos", el comunicado señala que esta declaración del Concilio Vaticano II también "recuerda precisamente el vínculo particular con que el Pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente ligado con la estirpe de Abraham y rechaza cualquier actitud de desprecio y de discriminación hacia los judíos, repudiando con firmeza toda forma de antisemitismo".
"La Santa Sede desea que las precisiones contenidas en este comunicado contribuyan a aclarar los malentendidos y reafirma su firme deseo de que los progresos alcanzados en la comprensión y estima recíproca entre judíos y cristianos durante estos años se acrecienten", finaliza el texto.
En el comunicado, se afirma que "tras la publicación del nuevo 'Oremus et pro Iudaeis' para la edición del 'Missale Romanum' de 1962, algunos sectores del mundo hebreo han manifestado su contrariedad al considerar que ese texto no resultaba en armonía con las declaraciones y las afirmaciones oficiales de la Santa Sede relativas al pueblo judío y a su fe, que han caracterizado el progreso en las relaciones de amistad entre los Judíos y la Iglesia Católica en estos cuarenta años".
"La Santa Sede asegura que la nueva formulación del 'Oremus', con la que se han modificado algunas expresiones del Misal de 1962, no pretendía, absolutamente, manifestar un cambio en la actitud de la Iglesia Católica hacia los judíos, sobre todo a partir de la doctrina del Concilio Vaticano II, en particular en la declaración 'Nostra aetate', que según las palabras pronunciadas por Benedicto XVI en la audiencia a los Rabinos Jefes de Israel el 15 de septiembre de 2005 supuso 'una piedra angular en el camino de la reconciliación de los cristianos con el pueblo judío'", explica el documento.
"La permanencia de la actitud presente en la declaración 'Nostra aetate' se evidencia, por otra parte, en el hecho de que el 'Oremus' por los judíos contenido en el Misal Romano de 1970 sigue en pleno vigor, y es la forma ordinaria de la Oración de los Católicos", prosigue.
Luego de recordar que el documento conciliar Nostra aetate, sobre las relaciones de la Iglesia Católica con las religiones no cristianas, "expone los principios fundamentales que han sostenido y sostienen también hoy las relaciones fraternales de estima, de diálogo, de amor, de solidaridad y de colaboración entre católicos y judíos", el comunicado señala que esta declaración del Concilio Vaticano II también "recuerda precisamente el vínculo particular con que el Pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente ligado con la estirpe de Abraham y rechaza cualquier actitud de desprecio y de discriminación hacia los judíos, repudiando con firmeza toda forma de antisemitismo".
"La Santa Sede desea que las precisiones contenidas en este comunicado contribuyan a aclarar los malentendidos y reafirma su firme deseo de que los progresos alcanzados en la comprensión y estima recíproca entre judíos y cristianos durante estos años se acrecienten", finaliza el texto.
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