En su carta semanal, Mons. Fernández destacó que “para muchos”, la clase de religión “es el único contacto con Jesucristo y con la Iglesia católica”.
“La religión no es una ‘marca’, sino una asignatura muy importante”, enfatizó el Prelado, y destacó que “en la formación de nuestros jóvenes, la Iglesia se juega su futuro”.
Además, recordó que en España la clase de religión es de libre elección por parte de los alumnos o sus padres, y es de obligatoria oferta según la ley para todos los centros públicos y privados.
Mons. Fernández destacó que “ha crecido el número de alumnos y padres que solicitan religión católica para sus hijos en la escuela. No es algo que vaya a menos, al contrario”.
“A pesar de tantas dificultades y de voces que gritan que la religión salga de las aulas, en primaria más del 90% lo solicitan y en secundaria, en torno al 70%”, indicó.
El Obispo español explicó que existen muchos factores que confluyen en la clase de religión, como que los padres “quieren lo mejor para sus hijos”.
“Los padres son los primeros responsables, y no pueden ser sustituidos por nadie en esta responsabilidad. Los chicos no son hijos del Estado, sino de una familia”, precisó.
Ante este panorama, dijo, es importante “que los padres están atentos para que en diálogo amistoso con sus hijos, les hagan ver las ventajas de esta opción, los bienes que se derivan de elegir esta asignatura de religión en la escuela o en el instituto”.
Otro factor, destacó Mons. Fernández, son los alumnos que tienen “buena disposición hacia la clase de religión”, pues “buscan la verdad” y “quieren saber”.
“En general les interesan los temas de su religión católica, y tienen que aprender a dar razón de su esperanza y de su fe a otros compañeros, creyentes de otras religiones o no creyentes”, indicó.
El Prelado lamentó que “es verdad que un alumno tiende a aligerar su trabajo, y a veces la tentación está en no elegir la clase de religión católica para estar más libre”.
“Por eso, hemos de ayudar a estos muchachos a caer en la cuenta de su elección importante”, señaló.
Mons. Fernández también se refirió a la importancia de los profesores, que deben ser “personas de fe y de práctica religiosa”, porque “un joven percibe inmediatamente si el profesor le habla de oídas o verdaderamente tiene experiencia de Dios y de la religión católica que están enseñando”.
Finalmente, destacó el factor del ambiente en el que se vive actualmente, “que no es nada favorable” debido al “bombardeo de propuestas engañosas de fácil bienestar”.
“No hemos de ignorar que hay una continua incitación a apartarse de Dios y de todo lo religioso. Ser creyente hoy no está de moda”, advirtió.
“Pero al mismo tiempo, el ambiente puede servir de revulsivo. Cuando uno es joven es inconformista. Ayudemos a los jóvenes a ser críticos con todas esas propuestas facilotas, que no construyen el futuro. La clase de religión les ayudará a ser ellos mismos” concluyó.
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