El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, junto al imán de Badajoz, Adel Najjar, en abril de 2015.
El pasado jueves, el Wall Street Journal publicó un interesante artículo de la especialista Charlotte Allen sobre la tendencia laicista cada vez más acrecentada de la izquierda española y la curiosa alianza con la población musulmana.
La autora analiza el caso de la Mezquita Catedral de Córdoba, un edificio que primero fue cristiano y que, tras la Reconquista, ya ha estado más tiempo en manos cristianas que islamitas.
Por su interés, reproducimos a continuación la reflexión de Charlotte Allen*:
La izquierda española apuesta por la “Deconquista”
‘La Gran Mezquita de Córdoba’. Es lo que la UNESCO, el brazo cultural de la ONU, llama una plaza del siglo X de más de 7.000 metros cuadrados visitada por 1,5 millones de visitantes cada año. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984. Y con razón: el interior del edificio es un impresionante ejemplo de la arquitectura morisca.
Sin embargo, esta ‘mezquita’ es en la actualidad la catedral de la diócesis católica de Córdoba. En 1236, el Rey Fernando II de Castilla recuperó Córdoba del califato almohade. Entonces hizo que el edificio fuera consagrado para el uso cristiano.
“Han usado la arquitectura única de la catedral esencialmente para descristianizarla en el nombre de la restauración de sus históricas raíces islámicas”
O más bien reconsagrada, puesto que en debajo de la mezquita se encuentran los restos demolidos de una iglesia del siglo VI construida por los gobernantes visigodos españoles antes de la invasión musulmana de 711. Hoy, la misa y la confesión se celebran en su interior. La catedral ha sido una casa de culto cristiano durante más siglos de los que fue islámica.
La discordancia que saluda a los turistas es el resultado de más de 200 años de antagonismo hacia la Iglesia Católica por los intelectuales españoles alineados a la izquierda. Han usado la arquitectura única de la catedral esencialmente para descristianizarla en el nombre de la restauración de sus históricas raíces islámicas.
Esta campaña secularista comenzó a principios del siglo XIX, pero se ha reforzado en los últimos 20 años. La reciente inmigración islámica a España ha dado a los anticlericales de la izquierda nuevos aliados musulmanes, que reclaman el culto en su “gran Mezquita”.
Pero eso requeriría arrebatar el edificio de las manos de la Iglesia católica. En 2013 una organización llamada ‘Plataforma por la Mezquita-Catedral de Córdoba reunió más de 350.000 firmas en una petición que pedía que pasara a manos públicas.
Un año después, la coalición izquierdista de gobierno en la región española de Andalucía, que incluye Córdoba, acusó a la diócesis de “esconder” la historia del edificio. En marzo, el Ayuntamiento publicó un informe argumentando que la diócesis no posee de manera legal la catedral.
“La ley andaluza podría permitir la expropiación si un juzgado determina que la diócesis no ha mantenido y conservado de forma adecuada la propiedad”
“La consagración religiosa no es la vía para adquirir la propiedad”, decía. Los verdaderos dueños del lugar “son todos y cada uno de los ciudadanos del mundo de cualquier época, con independencia de la gente, la nación la cultura o la raza”.
El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, defiende con firmeza la titularidad católica de la mezquita catedral.
La diócesis teme que los izquierdistas puedan salirse con la suya. Para recabar el apoyo de los católicos americanos, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández González, habló este miércoles en un encuentro patrocinado por el Instituto Hudson para la Libertad Religiosa.
La expropiación absoluta a cargo del gobierno regional “sería imposible”, me dijo el obispo Fernández antes de su discurso. Pero, como ha señalado un informe de la Unión Europea sobre la controversia de la mezquita, la ley andaluza podría permitir la expropiación si un juzgado determina que la diócesis no ha mantenido y conservado de forma adecuada la propiedad.
El obispo añadió que ha logrado el apoyo del Papa en caso de que surja una batalla sobre su propiedad.
“Los católicos de la Reconquista son recordados como crudos fanáticos, mientras que el califato es presentado como un paraíso de tolerancia”
Michele Lamprakos, una historiadora de la arquitectura de la Universidad de Maryland, dijo con claridad en un artículo de 2016 para la revista Aggregate que durante la Reconquista los cristianos no sólo llevaron su propia ‘parafernalia’ religiosa a una estructura islámica.
Trabajaron con cuidado para transformar y fusionarla, añadiendo cantería gótica y construyendo un crucero para convertir el edificio en cruciforme. Del mismo modo, incorporaron delicadamente algunos de los rasgos moriscos en sus planes. El interior tiene apariencia islámica hoy sólo porque durante el siglo XIX arquitectos seculares retiraron capas de estilo cristiano.
Se ha convertido en una moda de la izquierda ver de manera romántica el pasado islámico. Los católicos de la Reconquista son recordados como crudos fanáticos, mientras que el califato es presentado como un paraíso de tolerancia en el que judíos y cristianos -sin importar su estatus de segunda clase- vivían pared con pared con los musulmanes en una convivencia feliz.
Incluso Barak Obama citó Andalucía como un ejemplo de la “orgullosa tradición de tolerancia” del Islam en su discurso de 2009 en El Cairo.
La población islámica en España casi se ha duplicado, hasta 1,9 millones desde alrededor de un millón en 2007. Los musulmanes, que ahora representan el 4% del país, viven en su mayoría a lo largo del Mediterráneo, en Andalucía y Cataluña.
Empezaron a principios de los 2000 a movilizarse para lograr que la catedral se convierta en un espacio de culto compartido. En 2010 dos turistas musulmanes, parte de un grupo numeroso de Austria que se arrodilló en el suelo de la catedral, fueron arrestados después de una pelea en la que los guardias de seguridad resultaron seriamente heridos mientras trataban de desalojarlos. Los militantes musulmanes dentro y fuera de España siguen siendo un sólido electorado para la izquierda anticatólica.
En última instancia, el tema es la libertad religiosa: ¿Puede un gobierno confiscar la propiedad de una iglesia que ha sido mantenida y cuidada durante cerca de 800 años? La respuesta indicará hacia dónde se dirige una España cada vez más secularizada. Cualquiera que esté preocupado por la libertad religiosa debe fijarse en Córdoba.
* C. Allen es autora de “El Cristo Humano: La búsqueda del Jesús histórico” (Free Press, 1998).
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