viernes, 18 de julio de 2014

¿Declararse ateo se ha vuelto científicamente incorrecto? (II)

Estos y otros problemas hicieron con que una considerable parcela de la comunidad científica actual sienta la necesidad de considerar a Dios como un elemento inseparable de las investigaciones científicas:
 
"Antes de la publicación de la Teoría de la Relatividad, de Einstein, se podía pensar que era del todo innecesario un proyecto (design) sobrenatural, pues se juzgaba que el universo (de acuerdo con los postulados de Newton) había existido por un período infinito de tiempo, con una cantidad infinita de espacio y una infinita cantidad de contenido e interacción. Por eso podría haber habido un número infinito de ‘experiencias' para de ellas poder salir prácticamente algún grado de complejidad".[5]
 
Fue sobre todo la comprobación de 
Hubble de la expansión del universo a una velocidad extraordinaria, a mediados del siglo XX, que descartó la teoría del universo extático, cómoda para los ateos, pues dispensaba la idea de un Creador.
 
Según esa teoría, el universo habría existido desde todo siempre. O sea, se acaba teniendo que atribuir a la naturaleza atributos divinos para intentar explicar el origen del universo.
 
A tal punto las pesquisas científicas van trayendo crecientes evidencias de la presencia de un Creador del universo que se va tornando "anticientífico" declararse ateo.
 
El tributo a ser pagado por una sociedad sin Dios
Si, por un lado, la necesidad de reconocer la existencia de Dios va haciendo su camino, por otro, Él no es amado como debía; es apenas mencionado, cuando necesario para un estudio, pero se vive como si Él no existiese.
 
Así, el diario alemán Der Spiegel publicó el año pasado noticia de que dos científicos de Universidad de Berlín habían, con ayuda de una computadora, constatado como verdadera una intrincada formulación del matemático Kurt Friedrich Gödel, fallecido en 1978, demostrando la existencia de Dios.
 
La mencionada noticia se encierra de forma alarmante y lacónica: "La demostración de la existencia de Dios, por una máquina, no hizo al mundo más piadoso. A nadie ayuda ver a Dios".[6]
 
Sucede que es naturalmente imposible al ser humano separar la existencia de Dios de su bondad infinita y de la necesidad de adorarlo y de reconocerlo en sus criaturas.
 
Y la negación de eso representa una agresión al alma, y produce repercusiones hasta en el equilibrio psicológico del hombre, de modo que la depresión es hoy el tributo pagado por una sociedad sin Dios.


 
"En la primera mitad del siglo XX" - afirma un conocido sociólogo francés, en entrevista a la revista L'Histoire - "la depresión no era sino un síndrome perceptible en la mayor parte de las enfermedades mentales (psicosis y neurosis), y no llamaba particularmente la atención en nuestras sociedades. Todo cambió a partir de los años 70. La epidemiología psiquiátrica muestra que ella se transformó en el disturbio mental más común del mundo". [7]
 
Por el Diác. Antonio Jakoš Ilija, EP
  
[1] JASTROW, Robert. God and the astronomers. New York: Norton, 1978, p.16.
[2] Idem, p.116.
[3] HOYLE, Fred y WICKRAMASINGHE, Chandra; Evolution from Space; New York: Simon and Schuster; 1984, p.176.
[4] HOYLE, Fred; The Intelligent Universe; London: Michael Joseph Limited; 1983, p.19.
[5] SPITZER, Robert; New proofs for the Existence of God; Eardmans Publishing Co.: Michigan, 2010, p.48-49.
[6] HÜRTER ,Tobias; Formel von Kurt Gödel: Mathematiker bestätigen Gottesbeweis. In: Der Spiegel, sección Wissenchaft, 9/9/2013.
[7] EHRENBERG, Alain ; La dépression, naissance d'une maladie. En: L´Histoire. Paris: Société Editions Scientifiques. No. 285. (Mar., 2004), p.35.
 
Artículo publicado por Gaudium Press

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