Dolores Gallo me envió algunas preguntas sobre la importancia de trabajar la formación en tecnología y enseñar a programar en las escuelas para Revista Nueva, una publicación dominical que se distribuye cada domingo con diez diarios argentinos, y el pasado fin de semana me citó en su artículo titulado “Por una alfabetización digital real” (ver en pdf).
A continuación, el listado completo de preguntas y respuestas que intercambié con Dolores:
P. ¿Creés que todos los niños deberían aprender a programar? ¿Por qué?
R. Creo que todos los niños deberían aprender a programar, del mismo modo que aprenden Física o Matemáticas, no tratando de inculcarles una vocación para que se conviertan en físicos o matemáticos, sino para que aprendan a desenvolverse en un mundo dominado por las reglas de la Física y de la Matemática. Algunos escogerán como objetivo profesional futuro la Física o la Matemática y hasta puede que traten de contribuir al avance de la ciencia en esos campos, pero la amplia mayoría no lo harán, y se limitarán a utilizar determinados conocimientos de Física o de Matemática en su vida cotidiana y profesional. Con la programación, o mejor, con las Ciencias de la Computación, pasa lo mismo: no se trata de intentar que los niños se conviertan en programadores, aunque posiblemente algunos lo hagan y contribuyan al avance de la ciencia en ese ámbito, sino de que sepan manejar las reglas necesarias para vivir en un mundo en el que están cada día más rodeados de objetos programables. Se trata de enseñar a los niños cómo y por qué funciona una computadora, sus reglas básicas, su estructura, cómo comunicarnos con ella, cómo programarla a un cierto nivel, etc., en lugar de centrarnos como hasta ahora en cómo tienen que usar un programa determinado.
P. ¿Es tan importante como para llamarla “la nueva alfabetización”?
R. Es un cambio fundamental y trascendente, que prepara a los niños para un mundo que ya está aquí. No podemos aspirar a tener una sociedad que utiliza máquinas cada vez más complejas en su vida diaria, que las lleva en su bolsillo o sujetas en su propio cuerpo (wearables), pero que no tiene ni idea de cómo actuar sobre ellas más allá de sus funciones básicas, de darle a un botón. Necesitamos una sociedad mucho más hacker, liberando la palabra hacker de sus absurdas connotaciones negativas y entendiéndola como “persona que siente curiosidad ante una puerta cerrada”. Tenemos que impulsar el desarrollo de una relación natural con las máquinas, porque forman parte de nuestro día a día y ofrecen muchísimas posibilidades. No se puede plantear que alguien viva de espaldas a ellas, porque la exclusión tecnológica hoy en día es peor que el ostracismo.
P. ¿Qué beneficios tiene saber programar? (para el futuro laboral de los niños pero también en su formación en general y en su vida)
R. Se trata de entender por qué una máquina hace lo que hace, y cómo se consigue que lo haga. Programar es fundamental para el desarrollo de la lógica, pero además, ofrece una gama de posibilidades cada vez mayor que no tienen nada que ver con dedicarse profesionalmente a ello. La continua caída de las barreras de entrada lleva a que los estudiantes de hoy vayan a enfrentarse con máquinas programables de todo tipo en su futuro: tenemos que ampliar la gama de posibilidades que pueden hacer con ellas, no limitarnos a que usen lo que hay y en la manera en la que lo pone en las instrucciones. Dentro de muy poco, nuestros hogares estarán llenos de máquinas que hacen de todo, desde reconocernos cuando entramos hasta gestionar todo tipo de recursos. ¿De verdad vemos normal vivir rodeados de máquinas pero pensar que funcionan, de alguna manera, “por arte de magia”? La persona que dice eso de “yo es que no entiendo nada de tecnología” está confesando una ignorancia que cada día resulta más absurda y más insostenible.
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