La educación es uno de los retos más importantes para la Iglesia. Lo ha puesto de manifiesto el Papa Francisco, en la audiencia de esta mañana, a la Congregación para la Educación Católica, con ocasión de la asamblea plenaria del Dicasterio.El Papa hizo hincapié en el valor del diálogo en las instituciones educativas católicas y reiteró que los jóvenes necesitan valores "no sólo enunciados, sino testimoniados".
"Educar - dijo – es una gran obra de construcción en constante transformación": "uno de los retos más importantes que enfrenta la Iglesia". El Papa después de poner el énfasis en la combinación educación-evangelización, se centró en tres aspectos a partir del "valor del diálogo en la educación ", teniendo en cuenta que las escuelas católicas también están abierta a estudiantes no cristianos e incluso no creyentes:
"A todos, las instituciones educativas católicas ofrecen una propuesta educativa que tiene como objetivo el desarrollo integral de la persona y que responde al derecho de toda persona a tener acceso al saber y al conocimiento. Pero todos están igualmente llamados a ofrecer, con pleno respeto de la libertad de cada individuo y de los métodos del entorno escolar, la propuesta cristiana, es decir, Jesucristo, como sentido de la vida, del cosmos y de la historia" .
El Papa Francisco, dijo que "la educación está dirigida a una generación que está cambiando y que, por tanto, todo educador -y toda la Iglesia que es madre educadora- está llamado a cambiar, en el sentido de ser capaz de comunicar con los jóvenes que tiene delante,
"La educación es un acto de amor, es dar vida. Y el amor es exigente, pide encontrar los mejores recursos, para despertar la pasión y comenzar un camino con paciencia junto a los jóvenes. El educador en las escuelas católicas debe ser ante todo muy competente, calificado, y al mismo tiempo lleno de humanidad, capaz de estar entre los jóvenes con estilo pedagógico, para promover su crecimiento humano y espiritual " .
"No se puede crecer, no se puede educar sin coherencia”. " Por esta razón, -dijo el Papa-, el propio educador necesita un aprendizaje permanente", y sugirió "la necesidad de retiros y ejercicios espirituales para los educadores".
"Es bueno hacer cursos para esto y para lo otro, pero también es necesario hacer estos retiros espirituales, ¡retiros para rezar! Porque la coherencia es un esfuerzo, pero sobre todo es un don y una gracia. Y tenemos que pedirla".
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