La OCDE ha publicado recientemente los resultados de la primera “PISA para adultos”: una prueba realizada a unas 157.000 personas de 23 países diferentes, entre ellos España. En la prueba de matemáticas España se sitúa en el último lugar; en la de lectura, en el penúltimo, solo por delante de Italia.
Algunos datos desmontan la narrativa establecida de que la deficiente formación de la población adulta española se debía exclusivamente a la baja escolarización de las generaciones anteriores. La ilusión se mantenía por el alto porcentaje de personas entre los 30 y los 50 años con título universitario, uno de los mayores de Europa. Pero ahora resulta que cuando se miden capacidades y no títulos, los españoles adultos, incluidos los universitarios, quedan malparados.
En un artículo publicado en El País, Andreas Schleicher, director del programa PISA, advierte que en el nivel más alto de competencia lectora “en España solo uno de cada 20 adultos es competente a ese nivel y más de uno de cada tres está en el nivel de referencia medio o por debajo de este”.
Los jóvenes españoles obtienen mejores resultados que los de más edad, pero a pesar de eso siguen apareciendo entre los de peores resultados. “De hecho, uno de cada cinco jóvenes españoles no puede leer tan bien como se esperaría de un niño de 10 años”.
Schleicher señala que “durante mucho tiempo, España fue capaz de mejorar su rendimiento debido al aumento del número de matrículas en las escuelas. Pero el crecimiento se detuvo una vez que se generalizó la escolarización de la población. España tiene ahora que (…) elevar la calidad y relevancia de la educación, lo cual no se ha hecho todavía”.
Tampoco nos podemos engañar con el aumento de titulados universitarios. “Los datos también muestran que los niveles de competencias reales difieren mucho de lo que sugieren las cualificaciones que se obtienen. Por ejemplo, España aparece mejor posicionada en los rankings internacionales cuando se considera la proporción de jóvenes que tienen titulación universitaria que cuando se evalúa el nivel de comprensión lectora o habilidad aritmética en esa misma edad. En promedio, los jóvenes japoneses y holandeses que han cursado estudios de postsecundaria superan fácilmente a los graduados universitarios españoles y más de un tercio de los graduados universitarios españoles no obtienen una puntuación más alta del nivel dos en la prueba de comprensión lectora”.
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