Los extranjeros han comenzado un silencioso éxodo hacia las plazas europeas que saben premiar su esfuerzo con buenos salarios. Cada mes, 30.000 trabajadores, sobre todo cualificados, dicen good bye, Spain. Ahora, el ministro de Trabajo les pide que "tachen España de su agenda".
Envejecidos, sin médicos
La fuga de cerebros también afecta a los grandes gigantes europeos. El despertar de las economías asiáticas se ha convertido en un reclamo inesperado para los mejores talentos, aunque supone una verdadera zancadilla para la UE.
En la actualidad uno de cada cinco europeos tiene más de 60 años y se prevé que serán uno de cada tres alrededor del año 2050. La insuficiencia de mano de obra estaba hasta el momento en sectores de baja cualificación. Sin embargo, el déficit de personal se ha trasladado ahora los puestos directivos, ingenieros o licenciados en general. Si no se soluciona el problema, Europa se verá en una clara inferioridad de condiciones para competir con Australia, Canadá y los países emergentes.
Al otro lado del charco ya han hecho los deberes: gracias al atractivo de sus universidades, más del 50% de los estudiantes europeos que realizan en EE.UU. un posgrado permanecen allí por, al menos, diez años, según un informe de la National Science Foundation de Virginia. La falta de capital humano comienza ahora a preocupar a los Veintisiete, pero la demora en la toma de decisiones no perdona: la oferta de este tipo de trabajo es rígida a corto plazo; es decir, no es posible formar médicos, ingenieros o profesores en poco tiempo.
En España se plantea un problema adicional, puesto que existe una fuerte tendencia a la segmentación regional del mercado, que cada vez es menos permeable. En el caso concreto de la medicina y las actividades sanitarias, el problema puede agravarse a partir de 2016 si se mantiene la actual tasa de reposición de médicos: cada año salen de las facultades alrededor de 4.000 doctores, pero la proyección de las necesidades reales de médicos se dispararán hasta cerca de 8.000. Cabe recordar que este escenario preocupa, y mucho, en un país que está llamado a convertirse en el más envejecido del planeta sólo por detrás de Japón.
Otro ejemplo flagrante reside en las empresas de tecnología de la información (TIC) que emplean directamente a 150.000 personas y necesitan cerca de 10.000 inmigrantes altamente cualifcados, según la Asociación de Empresas de Elctrónica y Telecomunicaciones (AETIC).
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