La escuela se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para algunos padres. Asignaturas como Educación para la ciudadanía, enfretamientos a causa de los símbolos religiosos y algunas medidas que impone la «inmersión» lingüística están sembrando el descontento y la confrontación.
Natalia es una niña sobresaliente. Desde que comenzó sus estudios no ha bajado su rendimiento escolar. Su padre, Juan Vicente Santacreu la define como una niña «muy motivada». «Tiene un nivel de inglés semejante al de segundo de bachillerato; amplios conocimientos de informática y sabe mecanografía», cuenta su padre. Pero Natalia, que cursa 5º de primaria en el Colegio Público Sánchez Guarner, ha obtenido la calificación de suficiente en la asignatura de Conocimiento del Medio y no por sus bajos conocimientos, sino por responder en castellano.
Hace pocos meses, la niña valenciana recibía el primer suspenso de su vida en dicha asignatura por haber «hecho el examen en castellano», como rezaba la nota que su profesora, Inés Marzo, le escribió al lado de la calificación. En esa ocasión sólo le puntuaron las preguntas en la que había que responder como V (verdadero) o F (falso). «Si escribes bien las respuestas es porque has entendido bien la pregunta en valenciano» escribió la profesora en otra de sus correcciones. Y así, hasta en tres exámenes consecutivos.
El director del Colegio explica que dicha asignatura «es la única» que se imparte y se evalúa por escrito en valenciano en su curso por lo que debe responder en dicha lengua, máxime cuando no tiene ningún problema para ello, pues «saca notas altas en Lengua Valenciana». De hecho, desde el colegio aseguran que toda la polémica responde al «carácter» del padre, y que la pequeña «no contesta en esa lengua porque el padre no quiere».
Juan Vicente Santacreu, padre de Natalia, es valenciano «de pura cepa», y domina el valenciano, su lengua materna, pero reclama el «derecho a decidir cómo educar a su hija y en qué lengua, además del derecho de Natalia de expresarse en castellano». Según denuncia Santacreu, esto está afectando a la niña que incluso está siendo sometida a «mobbing» por parte de algunos profesores y el director del centro que llegaron a amenazarla con la expulsión.
Desde la Consejería de Educación valenciana se ha abierto una investigación para que sea el inspector del centro quien compruebe los hechos y notifique si se ha cometido algún tipo de infracción. Además, aseguran que los padres, a principio de curso, tienen la posibilidad de solicitar la opción de estudiar dicha asignatura en castellano o poder responder en dicha lengua, algo que los padres desconocen. La consejería considera que éste es un caso aislado y destacan que más de 20.000 niños están exentos de estudiar en valenciano.
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