Los cristianos de Mosul viven la "campaña contra ellos más violenta" desde el año 2003. Así lo ha declarado el gobernador de la región de Nínive, Duraid Kashmula, según informó Radio Vaticano.
Cerca de mil familias cristianas se han visto obligadas a abandonar la ciudad iraquí de Mosul en las últimas horas para escapar a las represalias anunciadas contra ellas por los extremistas islámicos. Violencia que no comienza aquí, sino que ya se ha cobrado 11 víctimas en una ola de crímenes contra la minoría cristiana que comenzó el 28 de septiembre pasado.
Kashmula, el gobernador de Nínive, hace responsables de los crímenes a los simpatizantes de Al-Qaida, y ha prometido el envío inmediato de dos brigadas de la policía nacional para defender a los cristianos.
Según la agencia Asianews, vehículos con altavoces patrullan las calles de la ciudad con mensajes amenazantes contra los cristianos, ordenándoles que abandonen la ciudad si no quieren "sufrir nuevos ataques". Esta campaña para expulsar a los cristianos de Mosul respondería a intereses de tipo político y económico, según los testimonios recogidos por esta agencia, ya que la minoría cristiana podría decidir el destino de la región, dividida entre las comunidades kurda y árabe.
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