El papa Benedicto XVI pidió este domingo el fin de la violencia en Irak en lo que llamó 'un grito del corazón' durante la oración del Angelus, en la Plaza San Pedro del Vaticano, tres días después de la 'trágica desaparición' del arzobispo caldeo de Mosul, Faraj Rahu.'Que paren las masacres, la violencia y el odio en Irak', pronunció en un tono especialmente severo el Papa, durante la oración con la que puso punto final a la misa de Ramos, que abre la 'Semana santa' para los cristianos.
Benedicto XVI, dirigiéndose al pueblo iraquí, 'que desde hace cinco años años sufre las consecuencias de una guerra que ha provocado la desintegración de su vida civil y religiosa', añadió: 'Levanta la cabeza y sé, tú mismo, el primero en reconstruir tu país'.
Recordando a Faraj Rahu y su muerte trágica, el Papa recordó su 'bello testimonio de fidelidad a Jesucristo, a la Iglesia y a su pueblo, al que pese a las amenazas, no quiso abandonar'.
El cadáver del arzobispo caldeo, de 65 años, fue hallado el jueves, siguiendo las indicaciones de sus secuestradores, que lo mantuvieron cautivo unas dos semanas.
Su cuerpo había sido enterrado cerca de Mosul, 370 km al norte de Bagdad, una zona considerada un feudo de la red fundamentalista islámica Al Qaida. Todavía no se sabe si el religioso falleció de muerte natural durante su secuestro o fue asesinado.
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