El miércoles 22 de noviembre ocurrió algo que no ocupó las primeras planas de los medios: Decenas de lugares emblemáticos de Reino Unido se iluminaron de rojo en honor a los cristianos perseguidos y a los mártires en el mundo, especialmente en Medio Oriente. Esta iniciativa tuvo por lema “Miércoles Rojo” (#RedWednesday en inglés).
Ese día, el Cardenal Mauro Piacenza, presidente de la fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, indicó que además de la violencia física contra los cristianos, también existe una persecución ideológica.
¿Interesante no? ¿Habías escuchado de eso alguna vez?
Cuando leemos o escuchamos hablar sobre Medio Oriente ¿En qué solemos pensar?: En terrorismo, guerra y muerte de inocentes.
Sin embargo, ignoramos que muchas de esas víctimas inocentes son cristianos, que son perseguidos y asesinados a causa de su fe. Hace unos años yo no sabía nada de eso y tal vez tú tampoco te hayas enterado ¿Por qué? Porque casi nadie habla de eso.
En el año 2014, el Estado Islámico (ISIS) invadió muchas ciudades en Irak, donde vivía un gran número de cristianos. En algunos lugares marcaban las casas de los cristianos, los forzaban a pagar un impuesto alto, los marginaban o los mataban. Varias iglesias fueron destruidas y los sacerdotes, obispos y religiosos fueron asesinados o secuestrados ¿Por qué lo hicieron? Por odio a la fe cristiana.
Lo que más debería impresionarnos es que esta persecución a los cristianos no es novedad. Esto también ocurrió en México en la segunda década del siglo XX.
En esa época, el entonces Presidente Plutarco Elías Calles promulgó una ley anticatólica que prohibió las manifestaciones públicas de fe, se expropió las propiedades de la Iglesia, se arrestaron a los sacerdotes, entre otras cosas ¿Se imaginan vivir esto?
Tal vez no estudiaste este capítulo de la historia en el colegio ni en la universidad, pero debes saber que ante la persecución y odio contra la Iglesia, los católicos mexicanos se levantaron en armas para defender la fe.
Los combatientes, llamados cristeros, eran acompañados al campo de batalla por sacerdotes que los reconfortaban y los preparaban para morir, en defensa de su fe.
Los sacerdotes también tenían que celebrar Misa e impartir los sacramentos a escondidas. Muchos fueron ejecutados por eso y uno de estos fue el Beato Miguel Pro, un sacerdote jesuita cuya fiesta se celebró el jueves 23 de noviembre.
El Presidente Calles ordenó su arresto con acusaciones falsas y antes de ser ejecutado, el P. Pro perdonó a sus enemigos, extendió los brazos en cruz y gritó: “¡Viva Cristo Rey!”.
Entre los mártires de la persecución religiosa en México también figuran el Beato Anacleto González Flores, un laico que fundó la Unión Popular, y San José Sánchez del Río, un niño de 14 años que portaba el estandarte de la imagen de la Virgen de Guadalupe en el ejército de los cristeros, pero que no llegó a tomar parte activa en los enfrentamientos armados.
Esta persecución religiosa es narrada en la película “Cristiada”, que se estrenó en el año 2012. Vale la pena verla para entender este episodio de la historia de la Iglesia, para recordar que la persecución contra los cristianos no ha terminado y reflexionar sobre el peligro de la persecución ideológica.
Actualmente, en países como Estados Unidos, hay negocios cristianos que tuvieron que pagar multas por negarse a dar sus servicios en un “matrimonio homosexual” y algunos funcionarios que por sus convicciones cristianas se negaron a casar a los homosexuales han sido amenazados con ser encarcelados, incluso una estuvo cinco días en prisión y luego fue liberada por un juez.
En España y Francia desde hace unos años se prohíbe colocar pesebres de Navidad en los lugares públicos. También son frecuentes los ataques en las redes sociales cuando uno se atreve a criticar y cuestionar el aborto y las uniones homosexuales. A mí me ha pasado muchas veces.
Por supuesto que da miedo que nos ataquen por expresar nuestra fe, especialmente si lo hacen nuestros amigos y familiares. Pero hay que ser valientes. No olvidemos que Jesús dijo: “Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos”.
En Medio Oriente, los cristianos han interiorizado esta promesa y por eso no reniegan de su fe por el miedo a que los maten.
No temamos ser católicos porque nuestra verdadera recompensa y felicidad es el Reino de los Cielos ¡Esta vida es temporal!
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