Francisco en un encuentro de Scholas Occurrentes
Educar en una «ecología integral» significa inculcar un «estilo de vida responsable» y coherente, dice el Papa al recibir a miembros de la Asociación Italia de Maestros Católicos
Hacen falta nuevos aires en la escuela, restaurar la alianza entre escuela y familia, promoviendo una educación ecológica integral.
Así lo dijo el Papa este viernes ante una delegación de la Asociación Italiana de Maestros Católicos. «La apuesta –afirmó Francisco– es cooperar en la formación de chicos abiertos que se interesen en la realidad que los rodea, y capaces de cuidar y de ternura –pienso en el bullying–, libres del prejuicio tan difundido según el cual para valer hay que ser competitivos, agresivos, duros hacia los demás, en especial hacia los que son diferentes, extranjeros».
«Este –añadió– es lamentablemente el aire que nuestros chicos respiran a menudo, y el remedio es hacer que puedan respirar un aire distinto, más sano, más humano. Para este objetivo es muy importante la alianza con los padres».
Esta es una de las mayores preocupaciones de Francisco, que siendo arzobispo de Buenos Aires, puso en marcha la fundación Scholas Occurrentes. Ya como Papa, la ha elevado a fundación pontificia, es decir, dependiente de la Santa Sede. Junto a la sede en Roma, ha abierto otra en Madrid, con el objetivo de extender por Europa y América Latina una filosofía educativa que se centre en las preocupaciones y necesidades reales de los alumnos, y no simplemente en la transmisión de conocimientos.
«Una complicidad solidaria»
Para restaurar esa complicidad entre familia y escuela, no sirve «mirar al pasado», advirtió el Papa. El remedio pasa por tomar conciencia de los cambios y «renovar el compromiso para una colaboración constructiva, por el bien de los niños y jóvenes». «Y, puesto que esta sinergia ya no se presenta de forma natural –añadió–, hay que favorecerla», promoviendo proyectos con la aportación de expertos en pedagogía.
Maestros y padres deben remar en la misma dirección, no constituir «frentes opuestos» que se dirigen continuamente reproches, culpándose mutuamente de los problemas. Hay que lograr, dijo Francisco, «una complicidad solidaria».
«Ecología integral»
El Papa puso el acento en la «ecología integral», consistente en educar en «un estilo de vida responsable, no esquizofrénico», y que promueva tanto el cuidado de «nuestra casa común, que es la creación», como «la relación con Dios, con Jesucristo, centro del cosmos y de la historia, y con el Espíritu Santo, fuente de armonía en la sinfonía de la creación».
Esquizofrenia es, por ejemplo, preocuparse de que «se cuide a los animales en peligro de extinción», pero ignorar «los problemas de los ancianos». O «defender la selva amazónica y descuidar los derechos de los trabajadores a un salario justo, y así sucesivamente».
Pero sobre todo, a su juicio, «la educación debe inculcar un sentido de responsabilidad: no a transmitir eslóganes que otros deberían implementar, sino suscitar el agrado de experimentar una ética ecológica a partir de opciones y gestos de vida cotidiana».
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