jueves, 27 de noviembre de 2014

Los abusos sexuales: buscar soluciones

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Benedicto XVI abordó esta cuestión y fue muy consciente de la gravedad de estos delitos y la respuesta a menudo inadecuada por parte de las autoridades eclesiásticas,dirigiéndose a los sacerdotes y religiosos de Irlanda que habían abusado de niños, en los siguientes términos:
“Habéis traicionado la confianza depositada en vosotros por jóvenes inocentes y por sus padres. Debéis responder de ello ante Dios todopoderoso y ante los tribunales debidamente constituidos. Habéis perdido la estima de la gente de Irlanda y arrojado vergüenza y deshonor sobre vuestros hermanos sacerdotes o religiosos. Los que sois sacerdotes habéis violado la santidad del sacramento del Orden, en el que Cristo mismo se hace presente en nosotros y en nuestras acciones. Además del inmenso daño causado a las víctimas, se ha hecho un daño enorme a la Iglesia y a la percepción pública del sacerdocio y de la vida religiosa”.
Pero es Francisco quien ha hecho carne con su propia voz los principios de la disciplina de la Iglesia, que incluyen“tolerancia cero con los abusos y con quienes los cometen”, “ayuda a las presuntas víctimas y, una vez probados los hechos, a las víctimas si las hay” y la“cooperación con las autoridades en el establecimiento de la verdad y la justicia, de forma que estas conductas aberrantes, que la Iglesia rechaza y condena, puedan evitarse y erradicarse”.
Si finalmente se aprecia como cierta toda esta aberrante situación, debemos mostrar nuestra empatía con el dolor y el sufrimiento de las víctimas, y que Dios perdone a los culpables pero que la Justicia terrenal les condene enérgicamente.

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