De los gazapos y las mentiras, Bedoya ya pasa directamente a la intoxicación. Lo que el Estado invierte en pagar los sueldos de los profesores de religión -dinero que no va a las arcas de la Iglesia, sino a las nóminas de los profesores-, el periodista de El País lo cifra de la siguiente forma:“Los expertos calculan en 700 millones anuales ese gasto público.” Bedoya no dice a qué “expertos” se refiere, pero lo diré yo: a las Juventudes Socialistas, que fueron quienespublicaron esa cifra falsa hace dos meses.
Como recordaréis, con esa cifra los cachorros del PSOE engordaron en 200 millones de euros -así, redondos- la también falsa cifra de 500 millones publicada por el grupúsculo cristianófobo Europa Laica.
Para conocer la cifra real a Bedoya le bastaba con acudir a las hemerotecas: en marzo del año pasado el Estado publicó que ese gasto fue de 109 millones en 2011. Insisto, señor Bedoya: ¿y usted se hace llamar periodista?
Atribuye al Ministerio de Educación un pago que hacen las autonomías
De las mentiras, Bedoya pasa a las meteduras de pata: acerca de las escuelas concertadas católicas dice que la CEE no ofrece “el dato de dinero público que el Ministerio de Educación gasta en financiarlas”. Lo que Bedoya no dice es que el dinero que el Estado invierte en las escuelas concertadas no va a la Iglesia, sino a los colegios, y que esos conciertos no se justifican porque los colegios que los reciben sean católicos -de hecho hay colegios concertados que no son católicos-, sino porque son colegios, porque cumplen con los requisitos que marca la ley y porque las familias que eligen esos centros, y que pagan impuestos como las demás, lo hacen ejerciendo el derecho a la educación que ampara la Constitución en su Artículo 27. Pero es que además el Ministerio de Educación no es el que paga los conciertos: los pagan las autonomías, pues la educación es una competencia que tienen transferida. ¿Tal mal informado está como periodista el señor Bedoya que aún no se había enterado de esto?
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