sábado, 6 de junio de 2009

¿Siente Zerolo nostalgia del jacobinismo?


Zerolo montó ayer un circo a modo de bautismo civil, que él denomina “bienvenida democrática laica a la comunidad”. El “bautizado” fue un niño de cuatro años que tuvo que aguantar la lectura por Zerolo de la Carta Europea de los Derechos del Niño (¿diría algo Zerolo del derecho a nacer?). Según Zerolo, lo hizo “siguiendo una tradición iniciada en la Revolución Francesa”. El dirigente mariprogre podría haber sido menos descarado, pues con ello Zerolo se refería al “Culto al Ser Supremo” establecido por el tirano Robespierre en 1794 durante la dictadura jacobina que se recuerda con el significativo nombre de “Reinado del Terror”.

Como ya sabréis, en 1793 el jacobino Maximilien Robespierre dio un golpe de Estado en la Francia revolucionaria, hizo arrestar a la oposición girondina y estableció una dictadura basada en el más claro antecedente histórico de los “soviets”: el llamado Comité de Salvación Pública que, con un iluminismo digno de los progres contemporáneos, se marcó como misión defender el Estado y la virtud, misión que sus propios autores denominaron el “Terror”.

Durante esta época siniestra fueron asesinadas más de 50.000 personas por medio de la guillotina, muchas de ellas católicos, presos políticos y personas críticas con Robespierre, que al final incluso ordenó la decapitación de los dirigentes de la rama más moderada de los jacobinos. Además, Robespierre suprimió las libertades de prensa, de expresión, de reunión y de religión, suspendió las garantías procesales y sometió la economía al poder del Estado mediante un intervencionismo que aún hoy provoca los elogios de no pocos izquierdistas. Todo ello en nombre de la razón, de la libertad, la igualdad y la Ilustración, y clamando contra la tiranía: un cinismo ideológico idéntico al de Zapatero.

En un paso más en su propósito de erradicar el Cristianismo de Francia, y después de la prohibición del culto católico en el país,en mayo de 1794 Robespierre estableció una “religión laica” y obligatoria llamada Culto al Ser Supremo, inspirada en la Masonería -sociedad secreta a la que pertenecía el dictador- y en las tesis de Jean-Jacques Rousseau, cuyo relativismo moral inspira aún hoy las tesis contraculturales de la progresía.

Las quejas de ateos y católicos ante esa imposición estatal jacobina fueron reprimidas por los “sans culottes”, auténticos descerebrados que actuaban a modo de escuadras de “camisas pardas” de los jacobinos contra los discrepantes.

Con ocasión de las ceremonias blasfemas de esa “religión laicista”,la Catedral de Notre Dame de París fue profanada, siendo destruidos o robados sus tesoros artísticos. La ignorancia llevó a los jacobinos a decapitar las estatuas de los reyes de Judá pensando que representaban a los reyes de Francia, y las estatuas de la Virgen fueron sustituidas por estatuas de la Dama de la Libertad. Tras estas salvajadas, el monumento religioso más famoso de Francia quedó en un estado tan lamentable que al cabo de unos años incluso se planteó la posibilidad de derribarlo.

En fin, ante todo esto me pregunto: ¿es en estas conductas antidemocráticas, sanguinarias y cristianofóbicas en las que pretende basar Zerolo sus “tradiciones laicas”?


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