lunes, 30 de noviembre de 2020

21 años no es nada...

 

Foto Huelga3

Un día como hoy de hace 21 años terminó una huelga de hambre que cambió profundamente la historia del profesorado de Religión, no solo de Madrid sino de España. Suspiraba la tarde cuando nos recibía en su despacho el Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, en aquellos momentos don Gustavo Villapalos.

          Lo cierto es que habíamos empezado a ser conscientes de nuestra verdadera situación laboral, nos queríamos despojar de tutelas infantiles para tomar las riendas de nuestro futuro que, pese a las dificultades impuestas por aquellos contrarios a un profesorado de Religión adulto y libre, se nos antojaba como un horizonte que prometía mejorables condiciones laborales.

          Fueron los años de plomo de este colectivo —si se me permite la expresión—, con amenazas constantes de despido y otros males hacia esos docentes, con señalamientos cobardes y con continuas coacciones de adentrarnos o empujarnos hacia un fuego eterno. Se comenzó a crear un falso relato de inquina y menosprecio «ad hominem» que perdura y se propaga hasta hoy, aunque en el fuero interno de estos «propagadores de odio» sepan que la animadversión es producto de su cobardía y de reconocer que sus atalayas son de barro, porque les hemos puesto un gran espejo de cuya imagen no pueden escapar.

          Aquellos profesores fueron los primeros que, en toda España, y como colectivo ejercieron los derechos que nos amparan como trabajadores: sindicarse y presentarse a unas elecciones sindicales, acudir a los tribunales, realizar propuestas y ser interlocutores de la Administración pese a la Administración, pero también denunciar y describir a los que ponen palos en las ruedas. Lo seguimos haciendo.

          Parece que queda todo muy lejos, pero todas las conquistas de este colectivo, nuestras conquistas, tenemos que seguir protegiéndolas de los que quieren volver al pasado en sus muy diversas manifestaciones: a través del control y el miedo, o por leyes pretéritas, por lo que es necesario seguir al pie del cañón como siguen al frente de USIT-EP dos de los huelguistas de aquellos años, junto con otros muchos como todos vosotros, para seguir luchando, de una u otra manera, por unas condiciones dignas y un larga vida para el profesorado de Religión.


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