Queridos amigos y amigas,
En los últimos días, dos hechos trágicos nos han mostrado cómo la "dulce muerte" es en realidad una sentencia de muerte para los más débiles y solitarios.
La opinión pública en varios países del mundo percibe una idea de bondad detrás de la decisión personal hacia la muerte: todos “deben tener el derecho” de morir cómo y cuándo quieran, cada uno "debe poder ayudar al otro a morir".
En una palabra, de Colombia a Chile, de Holanda al Reino Unido, la eutanasia y la eugenesia se presentan como la última frontera de la libertad y la caridad. Una locura trágica impulsada por el movimiento eugenésico y que a principios del siglo pasado ya había llevado a la muerte a miles de personas inocentes consideradas inadecuadas.
En el Reino Unido, Mavis Ecclestone, quien en los últimos meses había "ayudado" a su esposo (un paciente con cáncer pero no terminal) a morir en su casa, fue considerada inocente, aunque no había pruebas de la solicitud de su esposo y la eutanasia es ilegal en el Reino Unido. El asesinato de su esposo fue considerado como un "acto caritativo" y "generoso" hacia el sufrimiento. En lugar de atención médica y familiar, en lugar de la "compasión", se liberaliza la muerte de los demás y se exalta como acto simbólico de generosidad.
Cada paciente y anciano, nosotros mismos, nos convertiremos, en los momentos de mayor debilidad, en posibles objetos de caridad mortal. La decisión del Tribunal de Stafford fue acogida por los promotores de la "muerte digna" como un gran logro para los ciudadanos británicos y una apertura a la legislación para la eutanasia en el Reino Unido.
La muerte es un hecho, el asesinato sigue siendo un crimen, la caridad y el deber del Estado siguen siendo cuidar a los enfermos, no eliminarlos. Cada muerte es una profunda laceración, nos priva del tesoro de la tradición, la experiencia y la simpatía de la que el otro es portador.
¿Cómo se puede silenciar esta tragedia y este peligro para toda la sociedad?
La única muerte dulce es la de aquellos que esperan en el Paraíso.
No menos grave es el caso holandés del paciente de Alzheimer que también fue asesinado con un cóctel de drogas por un médico que decidió que el anciano estaba "ya satisfecho con su vida" y estaba "listo para morir".
Un médico que debería haber curado el paciente, fue lo bastante generoso como para matarlo, interpretando, a su gusto, los sentimientos del paciente.
Así, en los Países Bajos, la sentencia absolutoria del médico, abrió el camino para la eutanasia de los pacientes con Alzheimer, aunque no sean enfermos terminales. Aquí también, gran felicidad para los promotores de la "muerte digna".
Lamentablemente, la legislación o decisiones similares se están extendiendo por todo el mundo. La mejor cura para los enfermos y los ancianos parece ser el asesinato, es decir la eutanasia.
¡No podemos resignarnos, la dignidad humana desde la concepción hasta la muerte natural es un derecho inalienable!
==== En Italia, despues la decision del Tribunal Supremo Constitucional que abre la puerta a la eutanasia, nostros y otra asociaciones estamo empulsando una peticion por pedier al Parlamento de bloquear cada tipo de eutanasia.
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