Foto: Pixabay
Y en lo que a mí respecta puedo asegurar que yo lo he hecho con el mismo entusiasmo con el que hoy me encuentro con una clase de 32; que nuestras programaciones están preparadas con el mismo mimo y dedicación, buscando la innovación y lo mejor para nuestros alumnos porque seguimos creyendo que nuestra asignatura merece la pena y que, sin ella, a nuestros chicos y chicas les faltaría algo; que nuestras aulas y pasillos son espacio de vida, de formación, de encuentro con realidades que de otro modo no conocerían porque no siempre sus entornos sociales y familiares se lo permiten.
Por eso buscamos que nuestras clases y nuestra asignatura sean espacios abiertos a al estudio, pero también a la creatividad y, para ello, los profes de Reli nos formamos a través de cursos, seminarios y grupos de trabajos, en metodologías innovadoras de aprendizaje que ayudan al alumnado a tener una visión crítica de su cultura y de las realidades sociales a través de proyectos de aprendizaje y servicio, de las inteligencias múltiples, de trabajos cooperativos y por proyectos… El reto, en definitiva, es seguir formando a personas comprometidas –aunque podamos tener a solo tres o cuatro– en el marco del Evangelio, personas íntegras y religadas.
Es cierto que para muchos nuestro trabajo como profesores de Religión puede parecer desfasado y de otra época. Pero nada más lejos de la realidad. Que no nos cansemos nunca de este ir y venir aunque lo hagamos andando.
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