Como los marineros de antaño, que catalejo en mano avisaban a la tripulación de lo que se avecinaba a proa, Enrique Dans hace lo propio en todo lo relacionado con la tecnología y su efecto sobre las personas y las empresas. Participó en el encuentro Saviálogos como experto en ello. Y habló mucho de educación. Por eso, le hemos entrevistado.
En los debates de Saviálogos usted decía que dejar libertad a un alumno le estimula más. ¿Es compatible esto con la apatía de algunos alumnos? La apatía no es un fenómeno natural, sino provocado por una mala metodología. Es razonable que el modelo de educación actual provoque apatía, como lo es el que un modelo más participativo y proactivo deje de provocarla. Por supuesto, esto requiere no solo un cambio
de metodología, sino un esfuerzo por la reeducación de los profesores, por la adaptación de los métodos de evaluación, etc. y no es una tarea en absoluto sencilla.
Las nuevas generaciones aprenden de forma rápida y horizontal. ¿Ha provocado esto la desmotivación y la falta de esfuerzo de los alumnos? En realidad es un problema de inadaptación. Mientras el entorno normativo ha cambiado radicalmente en los últimos años en cuanto a exposición a conocimientos y captura de los mismos, la educación ha permanecido casi inalterada, lo que produce un fuerte desfase que genera desmotivación.
El ‘e-learning’, la educación a distancia utilizando las nuevas tecnologías, ¿es la base de la educación 2.0 o se sustentará en ecnologías que todavía están por llegar? El elearning está por definir. La mayoría de las instituciones todavía tiene una concepción simplista, lo ven como una manera de proveer educación barata, de poner un material para que los alumnos “le den a la manivela” sin intervención de terceros, sin aulas, y que salga barato. Pero sus verdaderas posibilidades vienen cuando lo usamos como un entorno más rico, superior al presencial en cuanto a posibilidades de interacción con otras personas y con los conocimientos, en un entorno que recoge todas las evidencias de participación y que permite una riqueza mayor. La enseñanza online bien planteada obliga a los profesores a un esfuerzo mayor y ofrece a los alumnos un aprendizaje superior al obtenido en la enseñanza presencial. Sin embargo, la tendencia es considerarla un sustitutivo de segunda.
¿Estamos muy lejos de lograr la integración total y eficiente de las nuevas tecnologías en el proceso de aprendizaje? La integración total no existe. En realidad es un blanco móvil. Cuando creemos te- ner una integración razonable con las tecnologías del momento, éstas evolucionan y cambian, y al cambiar el entorno normativo, las tecnologías educativas deben adaptarse. La enseñanza online está pasando rápidamente a los blogs, micro- blogs, redes sociales y repositorios documentales (documentos digitalizados y abiertos para su consulta). En el futuro no hay manera de saber qué utilizaremos para aprender, pero seguramente no se diferenciará demasiado de lo que utilicemos para el resto de nuestras actividades.
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