domingo, 12 de diciembre de 2010

RETRATO DEL ÚNICO COLEGIO FINLANDÉS DE ESPAÑA

¿La capital de Finlandia? Fuengirola. O Los Pacos. Este enclave residencial de la Costa del Sol acoge la mayor colonia de finlandeses del planeta. Y en el colegio, en la calle José Salik, se estudia el mejor sistema educativo del mundo. Lo confirma el último informe PISA de la OCDE. Tiina Karlo, de unos 50 años, es la secretaria del Colegio Finlandés, el único de España. Vino a Los Pacos a principios de los noventa. Y se quedó aquí, como los 3.000 finlandeses que residen en Fuengirola. Hay al menos otros 3.000 sin empadronar.

Karlo (“sí, no somos muchos Karlo en Finlandia”, aclara) entrega al periodista una extensa documentación institucional sobre las claves de la enseñanza en Finlandia. Mucho mejor los testimonios. Llega Conchi Flores, de 45 años, la profesora de español. Ella vivió ocho años en Helsinki y a la vuelta comenzó a trabajar en este colegio. Sus hijos estudian en un centro público de Alhaurín de la Torre y observa (y sufre) las principales diferencias educativas.

Antes de que empiecen las clases los niños disfrutan de 15 minutos libres. Juegan, corren y saltan en el patio. “Llegan ya descansados y se pueden concentrar mucho mejor”, explica Flores. Tampoco se les atosiga desde pequeños. Hasta los siete años no se les enseña a leer ni a escribir. Y son líderes en compresión lectora. “Lo primero es que maduren, ya habrá tiempo de enseñarles”.

El Colegio Finlandés de Fuengirola cumple 20 años en 2011. “Es muy célebre en nuestro país: muchos estudiantes quieren venir a estudiar aquí al menos un curso”, explica Juha Helvelahti, su director. Helvelahti gestiona un presupuesto anual de unos dos millones de euros. El 70% lo aporta el Gobierno escandinavo y el 30% los padres de los alumnos, que desembolsan 2.000 euros al año. Los hay como Vesa Vimpari, prejubilado de 56 años, con una hija de 11 años y un hijo de 7, que paga 1.800 euros.

Menos conceptos, más trabajados

El prestigio del profesorado (cuenta con 25 docentes en plantilla), todos licenciados desde Primaria a Bachillerato y seleccionados por cada centro finlandés, es una de las claves del éxito de este sistema educativo que se podría resumir en una frase: se trata de ofrecer menos conceptos, pero mucho más trabajados.

¿Otra explicación del éxito? La existencia de profesores de apoyo, tutores y psicólogos en cada centro. “Están de verdad, no como en Andalucía que en teoría también existen pero en realidad esas plazas al final no se cubren y sólo se atiende a los alumnos muy conflictivos o agresivos”. Este argumento enlaza con el artículo publicado en este diario el pasado viernes por José Penalva, cofundador del proyecto internacional de formación del profesorado Teacher Leadership: PISA-2009: de la quiebra educativa al colapso económico.

En la educación finlandesa los educadores no pueden calificar con menos de un 4. A la profesora Flores se le ocurrió suspender a un alumno hace unos años y tuvo que dar explicaciones rigurosas al claustro. “No se permite el suspenso porque ante el más mínimo problema el alumno recibe una atención individualizada para que no se quede descolgado del resto de la clase”, detalla Flores, quien valora “el silencio en las aulas y el respeto a la figura del profesor”.

Sólo un examen al día

Los alumnos salen de sus estudios, en el que se prohíbe más de un examen al día, sabiendo cocinar y coser. Los estudiantes almuerzan en el colegio junto a los profesores y dominan idiomas. No sólo el finlandés y el sueco (obligatorio), sino inglés, además de la opción del francés y alemán (en el caso del centro fuengiroleño, el castellano, claro está). Los niños finlandeses sólo ven películas en versión original.

“Yo no entiendo cómo la Junta de Andalucía entrega un ordenador a cada alumno. ¿Para qué sirve eso? Lo importante es que el profesor utilice muy bien las herramientas tecnológicas y que el cañón de vídeo sea un instrumento más”, argumenta la docente española.

Elina y Melisa Martín (padre español y madre finlandesa) son hermanas y tienen 12 y ocho años. Esperan a que empiece la clase de la profesora Flores en una clase de mesas bajas, decorada en suaves tonos verdes. Isabel Ruusuvirtu, también de 12 años, es compañera de las Martín. “Prefiero estudiar en un colegio finlandés. En los colegios españoles hay mucho ruido y aquí nos enseñan mejor”.

El modelo finlandés, que lidera la clasificación mundial junto a Corea del Sur (aunque su régimen escolar cuenta con muchos detractores por el alto nivel de estrés de los alumnos: tienen hasta 11 horas de clase al día), ya había sido propuesto como remedio para relanzar Andalucía. Lo detallaba el estudio deJuan Martínez-Barea, director de la Cátedra 'Sánchez-Ramade' de Iniciativa + Innovación del Instituto Internacional San Telmo, titulado Finlandia: Cómo superar una crisis económica y convertirse en el país más competitivo del mundo que adelantó El Confidencial en febrero de 2009.

El director del colegio de Fuengirola lleva 10 años en su puesto. Vino hace 20 “por aventura” a la Costa del Sol y vive a 400 metros del centro. “Somos un país muy pequeño, de sólo cinco millones y medio de personas, pero para nosotros la Educación es lo primero, pero de verdad. Lo más importante de la vida”. Palabra de número 1 de PISA. En España, y mucho más en Andalucía, en la cola en inversión educativa, a pesar de las promesas de Griñán, miran con envidia a los 260 alumnos de Los Pacos.

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