miércoles, 5 de junio de 2019

No era eutanasia: El caso de la menor holandesa víctima de abusos que aturde al mundo

NOA POTHOVEN
Invitada: Inma Alvarez | Jun 05, 2019

Las informaciones difundidas por la prensa internacional no responden a la verdad de los hechos, según denuncian periodistas independientes

Noa Pothoven no quería seguir viviendo, debido al intenso sufrimiento psicológico que arrastraba después de haber sido abusada sexualmente en repetidas ocasiones desde la edad de 11 años. Aparentemente pidió, y le fue administrada, la eutanasia en una clínica privada acreditada para ello, siendo aún menor de edad.
Cuando el triste suceso saltó a la prensa internacional, se “vendió” al mundo como un caso de eutanasia, levantando la consiguiente polémica sobre si el sufrimiento de tipo psicológico, el más resbaloso de los supuestos de la eutanasia, era moralmente aceptable, y más en una menor de edad.
Sin embargo, la información difundida en todo el planeta parece ser una manipulación, según afirma la periodista Naomi O’Leary, quien contrastó lo publicado con el periodista holandés Paul Bolwerk, autor de la historia original. Es cierto que la joven pidió la eutanasia a las autoridades sanitarias, pero fue rechazada. Sencillamente, Noa, según la información original, se negó a comer y beber hasta su muerte, y la familia, junto con los médicos, después de haber intentado todo tipo de terapias – incluido el electroshock- , convencidos de la inutilidad de sus esfuerzos, decidieron no forzar su decisión, sino que le ofrecieron tratamiento paliativo.
Una víctima de violación de 17 años NO fue sometida a eutanasia en los Países Bajos.
@euronews @Independent @DailyMailUK @dailybeast están todos equivocados
Tardé unos 10 minutos en consultar con el periodista que escribió la historia original en holandés.
Noa Pothoven pidió eutanasia y fue rechazada (cont.) escribe en Twitter Naomi O’Leary, corresponsal de POLITICO
La pregunta que queda en el aire, junto a la cuestión de la deontología  profesional más elemental que debería obligar a quienes han difundido una información falsa a reparar y a comprobar las fuentes – cosa que por ahora no ha sucedido – es la de qué intereses hay en provocar un debate sobre la eutanasia a nivel mundial, presentando casos límite como el de esta pobre joven y normalizando este tipo de supuestos.

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