viernes, 7 de diciembre de 2018

REFLEXIONES DE UN PROFESOR DE RELIGIÓN TRAS LAS RECIENTES ELECCIONES SINDICALES DE FUNCIONARIOS DOCENTES

Leo en las publicaciones de algunos compañeros los resultados de la elecciones sindicales del pasado día 3 de diciembre; así como la celebración de algunos profesores de religión porque su sindicato de funcionarios docentes ha ganado o mejorado resultados en tal o cual provincia... 

Y me quedo perplejo cuando a continuación releo las propuestas o programas que en las semanas anteriores nos fueron dejando sobre las mesas de nuestras salas de profesores, o pinchadas en algún tablón de anuncios. Ninguno de los que cuando se dirigen al profesorado de religión van de "sindicatos cat´licos o afines a los valores o principios del humanismo cristiano", incluso repartiendo libritos con "encíclicas" o recursos didacticos varios para las clases de religión, ninguno -repito- incluye la defensa de la asignatura de religión en la escuela pública, ni mejoras laborales para su profesorado. Somos, para estos sindicatos de funcionarios, como los antaño llamados "hijos tontos o retrasados" a los que se ocultaba por vergüenza, las figuras siempre ocultas de sus programas sindicales. No vaya a ser que se les tache de "sindicatos fachas"...

Por el contrario, quienes abiertamente nos rechazan no se guardan ni avergüenzan de pedir una escuela laica, sin religión... Y, llegado el caso, como otras muchas veces, hasta interpondrán demandas para sacarla fuera del currículum escolar. Entonces también, quienes en tiempo electoral se nos acercan con regalos y lisonjas y hasta revestido con algún carguito o responsabilidad diocesana, así como de quienes (aunque con mayor disimulo) tienen puesto su interés principal en la enseñanza concertada, darán la callada por respuesta; o con un susurro inaudible entre el ruidoso bla, bla, de lo que afecta al conjunto del resto de materias y sus funcionarios. Ninguno gastará tiempo, ni sobre todo dinero, para que sus servicios jurídicos pleiteen en nuestra defensa frente a los sindicatos o grupos políticos más laicista que quieren borrarnos del mapa de la escuela pública. Algo que siempre, y cuan Llanero Solitario, hemos venido haciendo desde USIT-EP.

Por todo ello y con el aval de los hechos probados (que como los milagros, sólo lo son para quienes quieren ver y oir , y molestarse en informarse y leer libre de prejuicios), cuando algún compañero me habla o escribe sobre esas recientes elecciones sindicales, yo me digo:
¡Y a mí (profesor de religión) qué!.. Porque como diría Umbral: ¿qué hay de mi libro?... Cuando se reúnan la próxima semana con la Ministra Isabel Celaá hablará cada quien de su programa, el que alguno ha compartido en su Facebook o los que hemos podido ver en nuestros centros, donde nada se dice de mi/nuestro libro; como por otra parte históricamente han venido haciendo. Claro que, de ser ciertas las declaraciones de la ministra Celaá, tras su reunión con los obispos el pasado día 3 y publicadas por ABC el día 4, afirmando que la Iglesia "entendia" que la Religión no computase y no tuviera asignatura espejo, ¿cómo extrañarse que dichos sindicatos claudiquen ante las pretensiones del gobierno sobre la Religión?.... Su mayor interés radicará en poder engordar sus cuotas de representacion sindical (cuando lleguen las elecciones sindicales para los Comités de Empresa de profes de Reli), que sumadas a las ahora obtenidas entre los funcionarios o, en su momento, entre los docentes de la concertada, incrementará la asignacion publica que reciben como sindicatos de mayor implantacion.
Pero ni los unos ni los otros depende de este trabajo de docentes de religión, ni ellos ni sus familias; pues con sus aulas o sus catedrales más o menos llenas o medio vacías, seguirán cobrando el mismo sueldo.

Falta que se hable de mi/nuestro libro, el que interesa de verdad a los miembros de este colectivo: de la asignatura y del profesorado de religión...
Pero lamentablemente ese es un libro para un muy minoritario público, que es lo que somos para esos grandes sindicatos de funcionarios docentes. Y como buenos empresarios editores, cuando se sienten a hablar con los representantes del MECD lo harán sobre lo que realmente importe a la mayoría de sus clientes que son los funcionarios docentes, o los trabajadores de la concertada. Porque son ellos los que mantienen y engordan sus empresa de servicios sindicales. Y entonces, como al Humpfrey Bogar de "Casablanca", que siempre le "quedaba París", a estos grandes sindicatos de funcionarios docentes (y nosotros no lo somos) siempre les queda el consabido latiguillo: "El asunto de la Religión no entraba en el Orden del día". O como en alguna vez nos han dicho algunos de sus colegas en las Mesa Sectorial de funcionarios docentes, "cuando se iba a tocar ese asunto de la Religión, o a votar alguna propuesta referida a la misma, vuestros "católicos sindicalistas" suelen arreglárselas para salir a hacer pis y no mojarse"...

Entre tanto, de "mi/nuestro libro" ¿qué?... Y sigo esperando también, como agua de mayo, que desde la CEE alguien desmienta la referida información de la ministra Celaá, para poder quitarme la espina de ser nuevamente "moneda de cambio" o víctima colateral del fuego amigo.

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