¿Debemos sacar la religión católica de las aulas? ¿Debe impulsarse la religión islámica en los colegios? Estas preguntas, tan contradictorias y a la vez tan encontradas, me hacía hoy un compañero, maestro de Religión en un colegio de Guadalajara.
Es paradójico e ilógico que por un lado se esté pidiendo eliminar la religión católica del currículo, del horario lectivo y del ámbito escolar y por otro lado se esté reivindicando la introducción del Islam y otras religiones en las escuelas españolas.
Es absurdo que un elemento fruto y resultado de una larga tradición católica y que forma parte de la vida, de la identidad y tradiciones de muchos españoles, esté siendo equiparado e incluso ninguneado, por una creencia religiosa que choca con nuestras costumbres, con nuestra cultura, con nuestra ética, con nuestros principios, con nuestra moralidad y con la igualdad entre hombres y mujeres. Es inadmisible que algunas Administraciones persigan a la Religión Católica mientras, por otro lado no tienen ningún pudor en colaborar y participar en la implantación del islam.
Es inaceptable que reneguemos y renunciemos a defender nuestra religión identitaria en beneficio y en igualdad de condiciones a otras confesiones que no son propias de nuestro ADN cultural. Es inadmisible que siendo la religión católica tan mayoritaria en España dejemos que se introduzcan otras confesiones en los planes de enseñanza. No entiendo como la Iglesia, la Santa Sede, la Conferencia Episcopal aceptaron que la asignatura de Religión católica entrase a ser una enseñanza marginal, sin valor, sin espíritu. Su mirada fue muy cortoplacista en el 2006 con Zapatero y en el 1992 con Felipe González y en el 1996 y 2013 con Rajoy al admitir que cada una de las confesiones tendría el derecho a diseñar sus asignaturas, sus contenidos, a seleccionar y formar a su profesorado… Pero que eso significaría también poner en igualdad a todas las confesiones, fue el precio que pagaron por conseguir esa autonomía.
Menospreciaron y no tuvieron en cuenta que el resto de partidos, que el resto de religiones y cada modelo educativo autonómico empezarían a acorralar y ningunear a la Religión católica. Olvidaron que fue, era y sería imprescindible para comprender una serie de hechos de la historia de la humanidad, de la filosofía y de la cultura española. Olvidaron que comenzarían a perseguir a nuestra Religión sin rasgarse las vestiduras ni tener ningún reparo en ayudar a potenciar la implantación de programas como el de la enseñanza de la Lengua Árabe y Cultura Marroquí, en el que la selección y nombramiento de su profesorado de Lengua Árabe y Cultura Marroquí es competencia exclusiva de Marruecos y se realiza sin ningún control español; así como la confección del currículo, de los estándares de aprendizaje evaluables y de cualquier material didáctico y libros de texto ¿Permitiría la Alta Inspección Educativa cualquier exclusividad en materia educativa en otros aspectos o campos sin su control y supervisión? ¿Podemos fiarnos de que no habrá una intromisión del islam en nuestra cultura? ¿Estará siendo neutral o dejará la huella de la identidad musulmana por encima de la española? ¿Se está dando este programa en horas lectivas en paralelo a las clases de religión o de Valores Sociales y Cívicos?
He de confesarles que mi compañero me ha trasladado su intranquilidad por este asunto de la religión católica y también por la “sociedad multicultural” o “intercultural” que gran parte de nuestros gobernantes quieren para España. ¿Se han parado a pensar seriamente si quieren esta sociedad multicultural para España? A mi modo de ver hacerlo, es perder nuestra esencia, nuestra fragancia, nuestra alma, nuestras señas de identidad, nuestra historia.
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