jueves, 17 de noviembre de 2016

«La resistencia a tener reválidas es absurda y una maniobra política»

 Una experta y pedagoga sueca también tacha de «disparatada» la defensa de que los niños no hagan deberes en casa

La pedagoga y ensayista sueca Inger Enkvist, experta en la comparación de sistemas educativos occidentales, ha asegurado que "la resistencia a tener reválidas es absurda" y ha considerado la polémica en torno a esta cuestión como "una maniobra política".
Esta es una de las afirmaciones que defiende este martes Enkvist (Vämland, Suecia, 1947) en la conferencia que pronuncia en Logroño sobre "Los secretos del milagro del sistema educativo finlandés", organizada por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
"La discusión sobre la realización o no de la reválida es absurda porque los países occidentales que tienen buenos resultados educativos la tienen", según Enkvist, para quien "España debe tomarse en serio lo de las reválidas".
Ha propuesto que, por ejemplo y "para no asustar a nadie", se podría realizar una reválida a diferentes niveles: una "más seria" para los alumnos que desean acceder a estudios universitarios y otra "más básica" para quienes desean dejar de estudiar tras el bachillerato.
Para ella, "todos los alumnos tienen derecho a terminar su escolarización de una manera digna, con un certificado en la mano, que no tiene que ser el mismo para todo el mundo".
"No hay que tenerle miedo a las reválidas, es una cosa muy normal comprobar el resultado de varios años de inversión, tanto de dinero como de esfuerzo de los alumnos", según ella, para quien "no hay ningún signo de que la reválida produzca un trauma en el alumno".
En los países occidentales con éxito educativo también hay reválida al finalizar la educación obligatoria, lo que permite conocer si las metas propuestas en los currículos se han logrado, si una escuela es "seria" por el buen resultado de sus estudiantes y para que "los alumnos hagan un esfuerzo especial, sepan lo que han aprendido, qué quieren estudiar y qué tipo de estudios le sirven".
Enkvist, también experta en literatura hispánica, sobre todo en Mario Vargas Llosa y Juan Goytisolo, ha precisado que el debate español sobre la reválida también es "una maniobra política", en el sentido de que "si no se hace la reválida, nadie verá que los alumnos tienen niveles o resultados diferentes".
"Pero eso es como una manera de no tener en cuenta que algunos alumnos que trabajan muy poco, es como la política de la avestruz, si no se dice, no existe, y esto es infantil", ha subrayado.

Finlandia puede funcionar en cualquier rincón

Respecto al buen funcionamiento del modelo educativo finlandés, ha dicho que puede funcionar en cualquier país si se adoptan unas medidas necesarias. Entre ellas, ha citado que los alumnos se esfuercen, que los padres apoyen el proceso educativo, que los profesores estén "muy contentos con su profesión, ilusionados y que trabajen bien"; que haya un ambiente muy positivo y que las autoridades tengan "una actitud sensata" y que su meta sea que los alumnos aprendan mucho.
Ha considerado que, en la actualidad, en España, cuyo sistema educativo se encuentra clasificado en la mitad de los de los países occidentales, no se dan esas premisas y ha calificado como un "disparate" la postura de quienes defienden que los niños no hagan deberes en casa. Esta experta ha reconocido que algunos horarios de los alumnos más jóvenes en España son bastante largos y entiende que pueden llegar a casa cansados.
Frente a ello, ha planteado, por ejemplo, tener un número de clases "adecuado", con un contenido "muy bueno", con profesores "inteligentes", con recreos para jugar o tomar el aire y con tiempo libre en su casa, pero que puedan dedicar parte de ese tiempo libre a los deberes.
"El problema no es tener o no tener deberes porque todos los países occidentales con éxito utilizan deberes, sino que hay que combinar tener deberes inteligentes con clases inteligentes y con recreos para descansar", ha defendido.
Ha incidido en el objetivo de que el alumno aprenda algo nuevo cada vez que entre en un aula, ya que "se ha ido demasiado lejos en la idea de que los alumnos puedan aprender lo mismo al mismo tiempo, al mismo ritmo y en la misma aula" porque "esto no es posible, al igual que no lo es tener una educación totalmente personalizada".
Debe haber más opciones, alternativas, programas, itinerarios "o el nombre que más guste" para que sea "un reto razonable para todo el mundo".
"Las autoridades tienen que querer anteponer el aprendizaje a otras metas y tienen que permitir que algunos alumnos aprendan más rápido y que otros vayan un poco más lento", lo que ya se ha resuelto, por ejemplo en Findanlia y en Singapur, cuyo lema, en este último país, es que "el alumno no desperdicie su tiempo".

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