miércoles, 19 de octubre de 2016

Con Haití tras el paso del huracán Matthew

El pasado 4 de octubre el huracán Matthew, la peor catástrofe humanitaria en Haití desde el terremoto de 2010, arrasó la costa suroeste del país y parte de República Dominicana y Cuba. Aunque todavía se están valorando sus consecuencias, según los últimos informes de Naciones Unidas más de 1,4 millones de personas en Haití necesitan asistencia humanitaria, lo que representa el 12,9% de la población total del país, y más de 175.000 han sido desplazadas.



Según Naciones Unidas, 546 personas han perdido la vida, aunque Reuters estima que el número podría alcanzar las 1.000 víctimas y hay innumerables daños en viviendas, infraestructuras, cultivos y reservas alimentarias. Se prevé que la situación de inseguridad alimentaria que la población ya vivía antes del paso del ciclón se agudice, una preocupación que nos transmite también nuestro socio local, Fe y Alegría Haití. "En algunas zonas no hay agua potable, la gente está sobreviviendo a base de agua de coco y plátanos y se calcula que en un periodo de dos semanas no tengan acceso a ningún tipo de alimento", afirman desde el terreno. A la hambruna se suma el alarmante riesgo de repunte del cólera -ya se cuentan las primeras víctimas tras el huracán- y la Organización Panamericana de la Salud también advierte del aumento de riesgo de dengue, el chikungunya y el virus del zika.

El sistema educativo haitiano también ha sido duramente golpeado. Según UNICEF, al menos 430 escuelas públicas están dañadas, afectando a 116.000 alumnos y alumnas y otras 178 están siendo utilizadas como refugios temporales, lo que impide la reanudación de las clases.

El huracán vuelve a evidenciar que las situaciones de pobreza y vulnerabilidad multiplican exponencialmente los efectos de catástrofes naturales. No se puede influir en la intensidad del huracán pero sí es posible combatir la pobreza para así reducir los dramáticos impactos de estos fenómenos de la naturaleza.



Un hombre revisa el alcance de los destrozos que ha ocasionado a su casa el huracán Matthew. / HAITÍ


El plan de acción de Entreculturas

Desde el primer momento, en previsión de las consecuencias del paso del huracán Matthew, desde Entreculturas activamos nuestroprotocolo de emergencia en comunicación con Fe y Alegría Haití. De las 17 escuelas con las que cuenta en el país, 10 de ellas se encuentran en las zonas más afectadas (lo que implica a 1.597 alumnos/as y 145 personas de la plantilla escolar). El centro educativo de Saint Michel Archange, en la comunidad de Desormeaux, ubicado en el departamento de Grand-Anse, es el más afectado: en su comunidad han fallecido dos personas y la mayoría de las familias han perdido su vivienda.

Esta nueva catástrofe obliga a los haitianos a sacar fuerzas, una vez más, para recuperar su futuro: de nuevo, la catástrofe evidencia quelos efectos de los desastres naturales son mucho mayores en contextos empobrecidos. “El impacto es muy fuerte en las áreas más vulnerables”, nos cuenta Miller Lamothe SJ, Delegado del Provincial de Canadá en Haití, “que es prácticamente la situación general de nuestro país. Estamos muy preocupados por la situaciòn provocada por el Huracán Matthew”.

Tras las conversaciones con Fe y Alegría Haití y un análisis de la situación, hemos activado el siguiente número de cuenta para recaudar fondos para la emergencia: ES21 0049 0496 8320 1020 0200. Entreculturas destinará la recaudación a las siguientes líneas de acción:


Etapa 1. Primera respuesta de emergencia

Esta primera etapa tiene como objetivo dar respuesta inmediata a las necesidades básicas de víveres y albergue a las comunidades afectadas. Asimismo persigue la normalización de la vida escolar de los centros escolares. Para el primer objetivo, se está procediendo a la distribución de kits de alimentos e higiene y kits de construcción: Se han entregado 304 kits alimentarios y 388 de aseo personal destinados a la Comunidad de Desormeaux (Grand-Anse) y se está coordinando con el Servicio Jesuita a Migrantes la distribución de kits de construcción para que puedan cubrir sus viviendas.


Por otro lado, normalizar la vida escolar lo antes posible es determinante para evitar una pérdida a nivel académico y especialmente para proporcionar un ambiente de normalidad y protección a los niños y niñas tras la traumática experiencia vivida. Se impulsará el regreso a la vida escolar, se facilitarán materiales escolares a los centros educativos (perdidos tras el huracán) y se rehabilitarán de urgencia los centros escolares que lo necesiten.

Etapa 2. Respuesta de rehabilitación y recuperación temprana: educación y medios de vida

Esta segunda etapa tiene como objetivo establecer estrategias duraderas en el tiempo que permitan a las comunidades afectadas lograr su autosostenibilidad. Para ello se están definiendo dos líneas de trabajo en torno a la rehabilitación de infraestructuras y larecuperación de medios de vida.

Se están evaluando las necesidades de reconstrucción de centros educativos y también de viviendas en las comunidades en las que se encuentran las escuelas afectadas. Por otra parte, es esencial la recuperación de medios de vida de las familias, principamente agrícolas, ya que pueden ser causantes de una hambruna a medio plazo.

Entreculturas trabaja en Haití desde 2004 facilitando el acceso a la educación de calidad, con especial énfasis en educación en emergencia desde el terremoto de 2010.

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