Que la escuela catalana debe ser laica, el consejero Josep Bargalló (ERC) lo ha dicho en numerosas ocasiones, aunque nunca se había pronunciado de forma tan contundente sobre cómo conseguir ese objetivo. En una conferencia organizada por la Fundación Ferrer i Guardia y el departamento de Educación, Bargalló reivindicó esta semana «la no inclusión en la escuela pública de la religión confesional como materia curricular, lectiva y evaluable» y abogó por «una asignatura sobre cultura y el hecho religioso y moral dentro del currículo educativo, que dé al alumno la oportunidad de conocer la diversidad de creencias». En la misma conferencia, el republicano anunció que una de las formas de conseguir la laicidad de la enseñanza sería «constituyendo una república catalana».
No obstante, el consejero recordó que hasta que este escenario no se produzca, o se cumplan otras dos condiciones -«conseguir un consenso social en nuestro país, de acuerdo con los representantes de las grandes confesiones religiosas, o que se modifique la normativa estatal»-, la educación catalana «seguirá ciñiéndose a las directrices del currículo de la Lomce», ofreciendo religión confesional (católica, evangélica, islámica y judía) en las aulas siempre que haya demanda suficiente.
Se impartirá religión islámica
En este sentido, Bargalló anunció como novedad, que el próximo curso se impartirán en las escuelas catalanas clases de religión islámica como en otras comunidades ya se están impartiendo. Este anuncio se produce después de que una asociación islámica le denunciara ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por discriminación. La asociación Musulmanes contra la Islamofobia le acusó de un delito de odio y prevaricación por realizar declaraciones ofensivas al islam y contrarias a la impartición de clases de religión en la escuela catalana.
Según el republicano, la propuesta de fomentar la educación religiosa islámica «se encuentra avanzada y ya hay contactos con la comunidad islámica para poder hacer una prueba piloto de cara al curso que viene», aunque, según recordó, esta propuesta se debe ampliar a «todas las confesiones, no solo las que estipula la Lomce». «Si en algún centro concreto se hace una petición de una quinta confesión no prevista y forma parte de la realidad de ese centro, se atenderá esa demanda», anunció.
Josep Bargalló tiene claro que la actual asignatura de religión debe repensarse porque «la confesionalidad en el aula es otro elemento de segregación cuando se ejerce en el ámbito curricular y lectivo». El titular de Educación del Govern cree que «la escuela del siglo XXI ha de tener la laicidad como fundamento y ha de hacer de su no confesionalidad, un valor».
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