A pesar de la complejidad que acarrea intentar tasar la educación, multitud de rankings nacionales e internacionales se ocupan cada año de elaborar baremos comparativos que intensifiquen la competitividad universitaria y expongan los argumentos de los distintos centros educativos. La más famosa de las clasificaciones mundiales de universidades, que desde 2003 desarrolla la Universidad Jia Tong de Shanghái, sitúa, en la edición de este año, a los campus españoles a partir del puesto 201. Manteniendo el nivel del curso pasado, España conserva a 11 universidades colocadas en la prestigiosa lista. Sin embargo, sólo tres de ellas aparecen entre la 200 y 300: la Autónoma de Madrid, la Complutense y la de Barcelona.
La clasificación, que atiende a los reconocimientos e impacto que reciben los alumnos y profesores de las distintas universidades, suscita desconfianza entre algunos expertos al considerar demasiadas complicadas las mediciones de variables como la calidad o aprendizaje como para expresarlas en un ranking. Los premio Nobel logrados entre los alumnos y docentes, las medallas Fields obtenidas y la publicación de artículos en revistas de prestigio son los argumentos que más puntos aportan a una universidad para ascender en el escalafón.
A pesar de las reticencias, la visibilidad alcanzada por las instituciones sugeridos en la lista y la competitividad que suscita entre ellas otorgan al ranking la autoridad necesaria como para tenerlo en cuenta.
Los centros estadounidenses, con Harvard y Stanford a la cabeza, dominan los puestos más altos de una lista donde las universidades anglosajonas evidencian sus aptitudes. Cambridge u Oxford, instituciones con autoridad educativa en el ámbito internacional, colocan a Gran Bretaña en el ‘top 10’. La primera universidad no anglosajona, en el lugar 23, es la Politécnica de Zúrich.
La situación española
En España, además de las tres universidades mencionadas, otros 8 centros cosechan méritos para aparecer en el ‘ranking’ Shanghái. Es a partir del puesto 300 donde se puede encontrar a la Autónoma de Barcelona, la Politécnica de Valencia y la Universidad del País Vasco. En peores posiciones, entre las últimas 100, están la Universidad de Granada, Pompeu Fabra, Vigo o Zaragoza. La Universidad de Santiago de Compostela cae del ranking, pero aparece por primera vez el País Vasco.
Aunque la realidad española no es idílica, en abril de este mismo año, el Gobierno anunció la creación de una comisión para reformar el sistema universitario. El objetivo fundamental, explicó Soraya Sáenz de Santamaría, era “colocar la Universidad española a los niveles de otras universidades europeas y del mundo en general”, de las que se encuentra, apuntó, “muy lejos”. En septiembre se elevará una propuesta.
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