miércoles, 23 de diciembre de 2015

Conclusiones de la Propuesta: Fenomenología del Hecho Religioso y Convicciones

CONCLUSIONES_____________________________________
Con la presente legislación en materia educativa que aboca a la asignatura de religión a la periferia, manteniendo su confesionalidad, es necesario en un primer momento y como paso previo al cambio de paradigma que se ha hecho presente:
a) Buscar cauces adecuados a la compatibilidad académica para la enseñanza de la religión confesional y la enseñanza de otras disciplinas por el mismo profesor, siempre que las anteriores sean afines y el profesor cumpla con las condiciones académicas pertinentes, no pudiendo ocupar, en estos casos, vacantes sino restos horarios, como se contempla en la Orden de 11 de octubre de 1982 sobre Profesorado de Religión y Moral Católica en los Centros de Enseñanzas Medias, firmada por D. Federico Mayor Zaragoza. Se hace necesario comprender la libertad no sólo respecto a la elección del trabajo, sino de su permanencia en él.
b) Así, y como la Ley no lo impide, los actuales docentes de religión podrían impartir, entre otras afines, las asignaturas alternativas a la religión, ya que algunas clases podrán ir en distinto horario, es decir, en Educación Infantil y Primaria impartir Valores Sociales y Cívicos, y en Educación Secundaria, Valores Éticos.
Podría objetarse que se suscitaría un problema respecto al acceso al empleo público, pero ello estaría superado por los principios de mérito y capacidad que entraña la declaración eclesiástica de idoneidad, como sostiene la STC 38/2007, de 15 de febrero. Tampoco sería problema que en la citada sentencia del Tribunal Constitucional, en su fundamento jurídico noveno, se contenga que los contratos de trabajo del profesor de religión “se celebran única y exclusivamente para la impartición, durante el curso escolar, de la enseñanza de la religión católica”, porque ello no es más que un obiter dictum, ya que, aun siendo cierto que el contrato de trabajo es exclusivo para la docencia de religión, ello no impide impartir otras materias para las que se esté habilitado como complemento de dedicación horaria, sin generar derecho alguno respecto a esa dedicación, conservando el contrato de trabajo para la
asignatura de religión, sin realizarse ningún otro contrato o similar, siendo éste expresión del acuerdo entre la administración educativa y el trabajador, con las condiciones expresamente contenidas en el mismo,por el que se podrían prestar determinados servicios docentes, al igual que se efectúan guardias, tutorías y cualesquiera otras funciones propias de los docentes.
Además, no podemos olvidar el contenido del artículo III del Acuerdo internacional: “Los Profesores de religión formarán parte, a todos los efectos, del Claustro de Profesores de los respectivos Centros”, que a su vez hay que ponerlo en relación con las funciones de los mismos contenidos en los artículos 24 del Real Decreto 82/1996, de 25 de enero, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de las Escuelas de Educación Infantil y de los Colegios de Educación Primaria y del Real Decreto 83/1996, de 26 de enero, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de los Institutos de Educación Secundaria; funciones que son amplias y de gran calado: Como miembro del Claustro, el profesor de religión participa en las propuestas para la elaboración del proyecto educativo y de la programación general anual, o de los proyectos curriculares de etapa, aprobarlos, evaluarlos, etc…, o en aprobar los aspectos docentes de la programación general anual; elegir o ser elegido en el consejo escolar y participar en la aprobación de los criterios pedagógicos para la elaboración de los horarios de los alumnos y de los horarios de los profesores, entre otras muchas funciones.
A medio plazo, y debido a las obvias emergencias de nuevas sensibilidades y la práctica de otras religiones o confesiones diferentes al catolicismo que podría conllevar la multiplicación de religiones o confesiones a enseñar en nuestros centros públicos, y salvaguardando la neutralidad del Estado, la libertad religiosa individual y colectiva de los ciudadanos y los derechos fundamentales y laborales de los profesores de religión en el transcurso de su prestación de servicios, y una vez acreditada la necesidad de la enseñanza de la religión y ponderando los preceptos constitucionales reguladores, es decir, los artículos 16.2 y 3, 27.2 y 27.3, en el respeto al espíritu y al texto de nuestra
Carta Magna, nuestra propuesta es que en los centros públicos españoles se enseñe Fenomenología del Hecho Religioso y Convicciones para todos los alumnos, sin distinción alguna de credo personal y/o familiar del alumnado, como materia única, obligatoria, común y evaluable a todos los efectosLos contenidos religiosos de la misma los fijarían las distintas confesiones religiosas, una vez comprobados que dichos contenidos son conformes con los valores, principios, derechos y libertades constitucionales.
Entendemos por fenomenología el método que consiste en describir aquello que se da inmediatamente, constituyendo su objeto la esencia, es decir, el contenido inteligible ideal de los fenómenos que es captado en visión inmediata: la intuición inmediata; como hecho religioso el hecho humano específico que tiene su origen en el reconocimiento por parte del hombre de una realidad suprema, la cual confiere sentido último a la propia existencia, al conjunto de la realidad y al curso de la historia, con elementos comunes constitutivos de todas las religiones: el ámbito de lo sagrado, la realidad suprema, las mediaciones y la actitud religiosa. Con un tratamiento especial por razones obvias de historia y cultura, al cristianismo y en particular al catolicismo.
Para el apartado de las “convicciones”, nos referimos, como hemos sostenido, al concepto utilizado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), y que comprenden las opiniones que alcanzan un cierto grado de obligatoriedad, de seriedad, de coherencia y de importancia, mereciendo respeto en una sociedad democrática, siempreque no sean incompatibles con la dignidad de la persona u opuestas al derecho fundamental del menor a la educación.
En este sentido, el término “convicciones” comprende no sólo las creencias agnósticas y ateas, sino también aquéllas que desbordan la esfera de la espiritualidad, siempre y cuando cumplan las características mencionadas por el TEDH. Estas características, junto con una visión coherente de los problemas fundamentales de la existencia, son las que –según el TEDH- diferencian a las “convicciones”, reguladas en el artículo nueve, de las “ideas” y “opiniones”, mencionadas por el artículo diez.
También es necesario tener en cuenta que esta opción también evitaría que los alumnos tengan una cierta segregación por religiones o confesiones. Esta opción contribuiría a crear puentes de tolerancia y fructífera convivencia entre las diferentes confesiones presentes en España, ya hoy necesarios, pero a buen seguro vitales en los años venideros.
Por otro lado, esta materia de Fenomenología del Hecho Religioso y Convicciones, sería impartida por funcionarios docentes especializados en esta área, con unos contenidos que serían fijados, en sus respectivas áreas, por las distintas religiones o confesiones con notable arraigo en España, - y en su defecto por el Estado-, una vez comprobados que dichos contenidos son conformes con los valores, principios, derechos y libertades constitucionales.
Para acceder a la docencia de esta asignatura, se realizaría, por una sola vez, un concurso de méritos con los actuales profesores de religión de los centros públicos, de tal manera que en el futuro estos profesores de Fenomenología del Hecho Religioso y Convicciones dependieran, como el resto del profesorado de los centros públicos, de la Administración Educativa. Posteriormente y, como el resto de funcionarios docentes, se accedería a la plaza por concurso-oposición.
Estos mismos profesores de religión, son y serán fundamentales en la contribución a la evolución de la identidad personal y cultural del alumno en formación, preparándoles en su convivencia en una sociedad pluralista, y desarrollando en los mismos la tolerancia recíproca y la capacidad de diálogo intercultural entre personas y grupos étnicos; a su vez, promoverá en ellos las competencias religiosas en términos de información crítica, de capacidad de juicio y de decisión personal, de intercambio, y provocará una maduración para que sean capaces de confrontarse con el patrimonio histórico-cultural de Europa, de España y, en particular, de su entorno más inmediato.
Para esto se hace necesaria buena voluntad y una solución negociada, pero también altura de miras y un pacto de Estado.

jueves, 17 de diciembre de 2015

ENVÉS: Fenomenología del Hecho Religioso y Convicciones

Invitado: Alfredo Sepúlveda Sánchez, Secretario  General de USIT-EP.

En esta tercera parte de nuestra propuesta sostenemos que defender la legitimidad, o la necesidad, de una cultura religiosa crítica en la enseñanza, no es sólo un deber que correspondería actualmente a las organizaciones religiosas o a los grupos creyentes únicamente; es una petición frecuente de la mayor parte de las organizaciones civiles nacionales e internacionales responsables de la gestión de bienes culturales y de las políticas educativas comunes.
En nuestro entorno cultural, como Francia, el conocido Informe Debray (abril de 2002) justifica la enseñanza del hecho religioso en la escuela laica, por un lado, a causa de “la angustia de un desmembramiento comunitario de solidaridades cívicas, al que contribuye, y no poco, la ignorancia en la que estamos del pasado y de las creencias de los demás, llena de tópicos y prejuicios”, y por otro lado, por “la búsqueda, a través de la universalidad de lo sagrado, con sus prohibiciones y autorizaciones, de un núcleo de valores constitutivos, para relevar desde el primer momento la educación cívica y atemperar la destrucción de puntos de referencia comunes como es el caso de la diversidad de pertenencias religiosas, sin precedentes entre nosotros, un país de inmigración, gracias a Dios ampliamente abierto”.
En Quebec, el Parlamento votó en 2005 la supresión del carácter confesional del sistema educativo, y ha introducido desde 2008, en lugar de los precedentes cursos confesionales católicos y protestantes, un único curso obligatorio aconfesional de Ética y Cultura Religiosa.
También el Consejo de Europa ha realizados distintas Recomendaciones (1178 y 1202), en las que se recomienda que los Ministros de Educación trabajen para que “el programa de enseñanza general comprenda obligatoriamente un información concreta y objetiva sobre la religiones mayores, sobre los criterios del estudio comparado de las religiones, sobre la ética y los derechos individuales y sociales”. También se invita a incrementar en la escuela un tratamiento paritario entre culturas y religiones.
Por su parte, la Oficina del Comisario europeo para los Derechos Humanos, entre los años 2000 y 2006, promovió cinco seminarios con intención de estudiar nuevos caminos para garantizar el mantenimiento de un Estado democrático de derecho, pero respetuoso, al mismo tiempo, de las libertades fundamentales, y entre ellas la religiosa.
Todo ello significa que la tarea de la escuela pública consiste en proporcionar a cada ciudadano-alumno conocimientos objetivos y competencias críticas sobre el hecho religioso; todas aquellas cosas que van a permitirle integrarse o reaccionar de forma constructiva al ethos, típico de una sociedad multicultural; evidentemente, para ello, la escuela pública debe hacer abstracción de actuales o futuras opciones religiosas del alumno.
Esta tarea educativa no puede ser abandonada pura y simplemente a las organizaciones religiosas; es una tarea específica de la escuela pública, sobre todo en una conjetura histórica y un espacio cultural como los de la Europa actual, donde las razones de cohabitación civil corren el peligro de disolverse en la “amnesia” general de las raíces religiosas y éticas. Amnesia que Chistian Duquoc, puso de relieve en su obra Fe cristiana y amnesia cultural, sosteniendo que “para muchos de nuestros contemporáneos, el cristianismo no es más que un monumento arcaico, del estilo del canto gregoriano, arte romano o tragedia griega. Puede ser hermoso, pero no tiene nada de auténtico para nosotros”.
El conocimiento de las religiones puede, por consiguiente, legitimarse por una razón ante todo funcional: las religiones proporcionan instrumentos conceptuales y materiales simbólicos para poder comprender de forma significativa el mundo y a uno mismo. La religión no es únicamente importante por los conocimientos que conlleva, sino también y sobre todo por la utilización que tales conocimientos conllevan en el proceso de aculturación escolar.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

20-D: Sólo VOX propone el ‘cheque escolar’ en su programa electoral

La educación vuelve a ser un tema prioritario en los programas de los distintos partidos. El PSOE derogará la Lomce, los populares hablan de "libertad de elección", Ciudadanos de educación bilingüe y VOX de garantizar la enseñanza en castellano.

Ha sido uno de los temas más controvertidos de la legislatura que ya expira. La reforma educativa emprendida por el Gobierno de Mariano Rajoy con la aprobación de la Ley de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) suscitó el rechazo del resto de partidos en el Congreso de los Diputados. En realidad, esta falta de consenso ha sido la norma en España en los últimos 40 años.
Porque ya hay, como el PSOE, quien promete derogar esta última ley educativa (seis ha habido en España desde 1975) si llega al poder tras las elecciones generales del 20 de diciembre.
Al margen de este compromiso, los socialistas proponen la exclusión de la asignatura de Religión del horario escolar. “Promover una escuela pública laica donde no quepa la integración de enseñanzas confesionales, ni en el currículum ni en el horario escolar”.
Asimismo, el programa electoral de Pedro Sánchez promete recuperar la asignatura de Educación para la Ciudadanía para promover “una escuela que defienda la ética pública y los valores democráticos”.

Cs: Un ‘MIR’ para profesores

Por su parte, Ciudadanos enfoca su programa educativo en combatir “el problema de calidad” que afecta, según su criterio, no sólo a los alumnos, sino también a los profesores. Por este motivo propone un ‘MIR educativo’ al estilo del examen al que se enfrentan los estudiantes de medicina tras acabar la carrera.
El responsable de Educación del partido, el filólogo, escritor y periodista Xavier Pericay,incide en la importancia de que los docentes elijan una especialización. “Hay un problema de calidad que tiene que ver con el nivel del profesorado, por eso proponemos un MIR educativo.Tras acabar la carrera, el profesor tendrá que especializarse. Hay problemas de estímulo para el estudio”, declara a Actuall.
Ciudadanos prohibirá la educación diferenciada en los centros concertados: “Los padres que quieran un colegio así para sus hijos tendrán que recurrir a uno privado”, declara Xavier Pericay a Actuall
Respecto a la asignatura de Religión, Ciudadanos propone que sea optativa (los centros tendrán la obligación de ofertarla) y quede al margen del sistema de becas. En realidad, el nombre de la asignatura será “Historia de la Religión” y será impartida por profesores laicos. Al contrario que el PSOE y Podemos, no están a favor de revisar los acuerdos del Estado con la Santa Sede.
Hay, sin embargo, un aspecto del programa de Ciudadanos que ha levantando una gran polémica: prohibirá la educación diferenciada en los centros concertados. “Los padres que quieran que sus hijos acudan a un colegio de este tipo tendrán que recurrir obligatoriamente a uno privado”, señala Pericay.

Podemos creará cátedras sobre estudios de género

Por último, Ciudadanos hace hincapié en los idiomas marcándose el objetivo de que en todas las escuelas públicas se eduque a los niños en dos idiomas (español e inglés) o en tres (lengua autonómica, español e inglés) en las comunidades donde existan lenguas cooficiales.
“Habrá una clara priorización presupuestaria de la enseñanza pública frente a la concertada”, recoge el programa de Podemos
El programa de Podemos, en cambio, pone el énfasis en la ‘defensa de la enseñanza pública’. El partido de Pablo Iglesias promete la gratuidad de los libros de texto y la reducción de las horas lectivas del profesorado.También incluye la creación en las universidades públicas de cátedras sobre estudios de género.
Podemos se decanta -sin esconderlo- por la educación pública en detrimento de la concertada. “Apoyaremos con determinación la educación pública, y nos aseguraremos de que cuente con los recursos humanos y las infraestructuras suficientes para el cumplimiento de sus objetivos. Habrá una clara priorización presupuestaria de la enseñanza pública frente a la concertada”, recoge en su programa.
El PP promete la libre elección de colegios; la realidad es que hoy no se garantiza la educación en español en los centros públicos de Cataluña
El Partido Popular presume en su programa de garantizar a los padres el derecho a elegir el tipo de educación y el centro en el que matricular a sus hijos.”Es una demanda creciente de millones de familias españolas que es preciso satisfacer. Garantizaremos el derecho que asiste a los padres a educar a sus hijos conforme a sus propias convicciones religiosas y morales”.
Por supuesto, se trata de promesas, porque no es verdad que hoy los padres puedan matricular a sus hijos en centros públicos en los que reciban la educación en castellano.
Esto pasa en regiones como Cataluña, donde la inmersión lingüística ha pisoteado el derecho que la Constitución española garantiza a los alumnos a una educación en el idioma común.

VOX quiere un pacto general

El único partido que habla del cheque escolar es VOX. La formación de Santiago Abascalasegura que garantizará la libertad educativa a través de un “cheque escolar”. A cada alumno le corresponderá uno y se entregará directamente a los colegios sin pasar por las familias.
El objetivo de esta medida -aseguran- es que se respete el derecho de los padres a que sus hijos reciban la educación religiosa y moral según sus conviccionesAdemás VOX cree que el cheque escolar sería la fórmula para garantizar la libertad de elección de centro, tanto en la red pública, privada o concertada, reducir los ratios a 20 alumnos por aula y mejorar la movilidad de estudiantes y profesores con un sistema de préstamos-renta de becas y ayudas.
Santiago Abascal propone la devolución de las competencias de educación al Estado y que el español sea la lengua vehicular
VOX entiende que la promoción de este cheque permitirá, no solo fortalecer la educación privada, sino también la concertada y la pública. La razón es simple: la competencia y las comparaciones permitirán desarrollar medidas para mejorar la educación que se imparta en cada centro.
El partido de Abascal sostiene que de esta forma los colegios públicos no desaparecerían del mapa educativo, al contrario, entrarían en competencia por recibir la matrícula de esos padres. Es decir, se esforzarían por ofrecer mejor calidad, reforzando la escuela pública, que inexorablemente reduciría costes, mejoraría su gestión, sus recursos y fomentando la innovación y formación de su profesorado.
Asimismo, VOX propone un pacto general sobre educación consistente en la devolución de las competencias de educación al Estado, con el objetivo de que cualquier alumno tenga acceso a la educación básica y que la lengua española sea la lengua vehicular.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Prolegómenos y urdimbre: Fenomenología del Hecho Religioso y Convicciones

Invitado: Alfredo Sepúlveda S. Secretario Gtral de USIT-EP.

Si la semana pasada señalábamos la propuesta de una nueva asignatura de religión con el título de Fenomenología del Hecho Religioso y Convicciones, en ésta planteamos sus prolegómenos y su urdimbre.
Debemos admitir que “aun en las sociedades más secularizadas, el hecho religioso, desde el punto de vista estadístico, permanece todavía claramente mayoritario y es, además, el hecho social voluntario más numeroso”, como afirma Flavio Pajer, en su obra, Educación escolar y cultura religiosa. Una visión europea del problema de la enseñanza de la religión en la escuela.
El problema surge cuando nos preguntamos si debemos y queremos asumir que la escuela pública eduque en la confesionalidad de una u otra religión o en los valores y manifestaciones culturales de las religiones, en una sociedad que ha devenido y, lo será cada día más, multiétnica, multicultural y pluri-religiosa. Porque nadie puede dudar que, entre sociedad europea y cristianismo, la simbiosis que se dio en el pasado se ha debilitado, hasta llegar a hablarse de “la apostasía de Europa”; en el sentido de repensar la misma desde un nuevo y enriquecedor contexto de pluralismo dialogante, encaminado a buscar y encauzar una tan deseable como necesaria convivencia de culturas.
Por otro lado, Ernesto Balducci, exhortaba a archivar las pretensiones de una “nueva cristiandad” y, al contrario, tomar conciencia de que en la Europa post-ideológica los encuentros entre las conciencias deben apoyarse en nuevas bases, con vistas a un ecumenismo que supere el perímetro de las confesiones cristianas y de las religiones para incluir también las convicciones humanas, que tienen como principio de legitimidad la fidelidad a la razón y a sus propios recursos autónomos.
Dicho lo anterior, con su justificación y fundamentos epistemológicos, es necesario conjugar la religión con el laicismo.









La laicidad es consustancial a una concepción de Estado que incluye dos elementos: neutralidad y separación entre el Estado y las Iglesias o confesiones religiosas, lo que significa la igualdad de trato entre las confesiones, como la igualdad de trato entre lo religioso y lo no religioso. Por su parte, la separación entre el Estado y las confesiones religiosas implica la independencia de carácter mutuo entre el Estado y las confesiones religiosas, impidiendo que los valores e intereses religiosos se erijan en parámetros para medir la legitimidad o justicia de las normas y actos de los poderes públicos.
La laicidad, en nuestro caso, es adjetivo que califica la actividad y funcionamiento del Estado, que no opera con parámetros religiosos en cuanto que tales, sino desde el sentido de neutralidad ante las diversas posiciones religiosas, de creencias o ideológicas.
Por tanto, a la luz de estas consideraciones, resultan dos acepciones de laicidad en relación con el Estado: la formal y la material. La primera, “significa que en la esfera pública se admiten todos los argumentos o posiciones en pie de igualdad, sin que ninguno aparezca primado o postergado en función de su procedenciaLa segunda, en cambio, supone, además, que el comportamiento de los poderes públicos es neutral respecto de todas las doctrinas religiosas o filosóficas, sin que ninguna resulte beneficiada o perjudicada como resultado de la acción pública”.
De modo que es la neutralidad la que ha transformado el sentido de la laicidad en positivo, indicándonos con ello la transformación o el paso del Estado liberal -que se caracterizaba por situar a las confesiones en el ámbito de lo privado - al Estado social.
El Estado social difumina la separación entre lo público y lo privado, incorporando, por un lado, un mandato a los poderes públicos de intervenir en la sociedad para hacer real y efectivo el ejercicio de los derechos fundamentales y, de otro lado, fomentando la participación de las personas en los órganos de decisión. Se amplía así el concepto de igualdad, que comprende no sólo la igualdad ante la ley y en la aplicación de la ley, sino también la igualdad material, de forma que la intervención pública no puede hacerse al margen de las sensibilidades religiosas.
URDIMBRE_____________________________________
Se ha pretendido una distinción formal entre enseñanza religiosa escolar y catequesis, pero en los últimos años, la jerarquía católica viene insistiendo en la evangelización en la escuela pública, en consonancia con la exhortación apostólicaCatechesi tradentae, que sostiene que respetando la libertad de conciencia, la escuela debe ser para los católicos ocasión de evangelización, de catequesis y de formación espiritual “de modo que el Evangelio penetre la mentalidad de los alumnos en su formación y que la armonización de su cultura tenga lugar a la luz de la fe”.
De esta forma se ha penalizado la religión confesional en la escuela pública como un cuerpo extraño, máxime cuando abunda un mosaico de identidades de las que debemos llegar a comprender las diferencias culturales y religiosas como legítimas y fecundas, evitando las derivas opuestas de la indiferencia sincretista o de la intolerancia fundamentalista, así como la irrupción de un proselitismo invasivo y ciego.
La enseñanza de la religión en los centros educativos públicos en suelo patrio, se ha vuelto a poner en el centro del debate ciudadano con la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza (LOMCE), que no ha merecido, al entender de los responsables políticos, la necesaria reflexión ante los cambios radicales dados en nuestra sociedad, entendida en su mayor amplitud, y que como consecuencia de ello descubrieran la necesidad de una educación donde lo “religioso” se reconozca y trabaje como una dimensión históricamente indisociable de las culturas, o más precisamente, como una de las mayores claves de interpretación de la historia humana. Del mismo modo con las convicciones, entendidas tal y como contiene la doctrina del Tribunal de Estrasburgo, como opiniones que alcanzan cierto grado de fuerza, seriedad, coherencia e importancia.
La religión confesional, en la citada regulación normativa, ha quedado entre dos aguas de mezcla turbia, es decir, de oferta obligatoria para los centros educativos y opcional para el alumnado, tanto en Educación Infantil y Primaria, como en Educación Secundaria, con la correspondiente alternativa en cada una de las etapas para quienes no la elijan: Religión vs. Valores (Sociales y Cívicos o Éticos), pero con asignaciones horarias dispares que dificultan la opción por su impartición.
Estas situaciones provocan, sin ninguna duda, una gran desestabilización en la organización de los centros educativos y un enorme malestar en el profesorado de religión que, con suerte, deberá compartir centros para completar su jornada; extendiéndose la precariedad y el desempleo que tanto resiente la dignidad de la persona, porque el trabajo no sólo permite el acceso a una renta propia y familiar, sino que es medio de realización personal e integración social.
Pero también es cierto que estamos ante las llamadas situaciones de promiscuidad cultural y religiosa, donde la actitud de proselitismo, sea ésta explícita o implícita, no sólo sería antieducativa y devastadora, sino que hasta el lenguaje identificador propio de una religión, el de sus símbolos litúrgicos, el lenguaje racionalizado de su teología o de su catequesis, se transformaría en negativo y discriminatorio, finalmente “exclusivo”, si se impone como el único lenguaje legítimo para hablar de religión, en un contexto de educación pública.
Por tanto, un modelo educativo confesional se revela ampliamente impracticable, a causa de un cambio de paradigma que ha investido todo el sistema social y educativo: el perfil socio-religioso de la población escolar ha cambiado, y las experiencias religiosas efectivamente vividas por los jóvenes, especialmente las de tipo confesional, son menos frecuentes y menos uniformes.
Pero ello no implica, en modo alguno, que desaparezca la enseñanza religiosa del currículo escolar, o que la misma sea introducida de manera transversal, sino que en nuestra sociedad pluralista y multicultural, devendría en un saludable ejercicio de democracia si, con la libertad de creer, se protege y garantiza el derecho a conocer el hecho religioso y las convicciones.
Garantizándose a todo ciudadano cada uno de esos derechos:
1) Mediante la libertad pública de acción de las instituciones eclesiales o cultos reconocidos;
2) Con un acercamiento sistemático al hecho religioso en el currículo escolar público.
Si esto no se da, entramos en contradicción entre las disposiciones jurídicas que garantizan la libertad religiosa y la insuficiencia de los instrumentos puestos a disposición de la sociedad civil para satisfacer el derecho de un conocimiento laico del hecho religioso.No olvidemos que la libertad religiosa significa garantizar el derecho de todo ciudadano, creyente o no creyente, a acceder al conocimiento de los hechos y de los problemas religiosos con vistas a una opción libre del sujeto.
Por ello, deseamos buscar alternativas negociadas que permitan la presencia de la enseñanza de la religión de forma autónoma y permanente. Sin esa presencia continuada, se perderá una visión educadora importante para la educación integral, no sólo de los alumnos que reciben la materia de religión, sino del conjunto de la comunidad educativa, sobre todo teniendo en cuenta que la enseñanza religiosa confesional ha caído en crisis: ha podido funcionar en las escuelas públicas mientras la sociedad era “sociológicamente” cristiana, pero en una “sociedad éticamente neutra”, la demanda educativa se desplaza del ámbito cognitivo de las “verdades catequéticas que hay que aprender”, al ámbito pragmático de “normas morales que hay que inculcar”.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

El programa del PSOE, negro futuro para los docentes de Religión

La Junta se reúne el jueves con los sindicatos, que plantean un acuerdo de garantías laborales al Ministerio ante los probables despidos de 2016

El 30 de junio de 2016 sobrarán casi 700 profesores de Religión en Andalucía merced a la Lomce y a la reducción de la carga horaria que han aplicado casi el 40% de los directores de los colegios públicos de educación Infantil, con el beneplácito de la Consejería de Educación. Esto es lo que hoy saben los docentes religiosos de la comunidad; después del 20D la situación podría cambiar a peor. Sólo el Partido Popular defiende el estudio de la Religión en los colegios, aunque sin modificar el contenido de una «ley Wert» dañina por amparar la polémica reducción a 45 minutos semanales.

El programa del PSOE deja claro que en su modelo no caben las enseñanzas confesionales: «Defendemos una escuela laica y gratuita como garantía de los valores públicos y respeto de las creencias privadas». Con este argumento, más el anuncio de la ratirada de los símbolos religiosos, la denuncia de los acuerdos con la Santa Sede y la idea de recuperar la Educación por la Ciudadanía –recogido en su programa electoral–, la Junta se reúne el jueves 10 de diciembre con los representantes de los docentes religiosos. Negro panorama.

A los profesores de Religión, una asignatura elegida libremente todavía por casi el ochenta por ciento de los padres o tutores de los alumnos, se les oscurece el futuro porque tampoco los partidos emergentes defienden esta materia en las clases públicas. Por supuesto Podemos lo rechaza y Ciudadanos, el partido que tantas simpatías genera por moverse entre la derecha tradicional y el socialismo clásico, propone la creación de una asignatura específica sobre historia de las religiones que atienda «desde la laicidad, los distintos aspectos históricos y culturales de la religión».

La incertidumbre en el colectivo viene ya de lejos. El pasado 26 de noviembre, sus principales sindicatos, CSIF, ANPE y USO, se reunieron con dirigentes del Ministerio de Educación para aclarar posturas. En la actualidad hay profesores que cobran su contrato íntegro pero imparten la mitad de las clases que el curso pasado. Es obvio que el Estado –empleador de los docentes– ha de adoptar soluciones. Pero en el escenario actual, el Ministerio de escudó en la proximidad de las elecciones generales para no llegar a ningún tipo de compromiso salvo retomar la negociación una vez constituido el nuevo Gobierno y los nuevos cargos del Ministerio.

Reducción de jornadas

El Ministerio sí solicitó a los sindicatos presentes que envíen antes de Navidad aportaciones al documento aportado por CSIF. Esta propuesta pasa por realizar una baremación de todo el profesorado de religión y establecer un procedimiento para completar jornadas parciales como base de negociación. De lo que se trata es de evitar despidos.

El impacto laboral de la anunciada modificación de contratos en septiembre de 2016 abre la puerta a otras medidas, también esbozadas durante dicha reunión, como por ejemplo la reducción a mayores de 55 años, itinerancias, jubilaciones anticipadas o parciales... En definitiva un acuerdo de garantías laborales para el profesorado de religión. Paralelamente, el sindicato ANPE ha presentado ante la autoridad laboral y ante el propio Ministerio de Educación la documentación para que se inicie la negociación de un Convenio Colectivo.

La Junta ha accedido en plena campaña a verse con los profesores de Religión. Entre que los despidos no son responsabilidad directa suya y que no esconde la carga ideológica de su decisión, el resultado de la cita es muy previsible.


Leer más:  http://www.larazon.es/local/andalucia/el-programa-del-psoe-negro-futuro-para-los-docentes-de-religion-EK11396103#Ttt13bqmbCkAmQ8h

lunes, 7 de diciembre de 2015

Marina entrega su Libro Blanco a Educación: estas son sus propuestas

Marina plantea una carrera para ser profesor que dure siete años y no cinco, similar a la de los médicos.

El filósofo y catedrático José Antonio Marina ya ha entregado el Libro Blanco de la Profesión Docente -que le fue encargado por Íñigo Méndez de Vigo- al Ministerio de Educación. En total, son veinte propuestas y lo firma Marina junto a dos colaboradores: Carmen Pellicer, pedagoga, escritora y experta en formación y evaluación docente; y Jesús Manso, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en formación inicial del profesorado.
"El Libro Blanco no es un esbozo de Ley de Educación, no es tampoco un Estatuto de la Función docente, es solo un estudio del papel que los docentes debemos asumir en la revolución educativa que el mundo está viviendo", señalan sus autores, que añaden que debería ser el comienzo de un debate sobre la profesión docente dirigido, por una parte, a"favorecer un pacto de Estado sobre Educación" y, por otra, a elaborar el Estatuto de General de la Profesión Docente, del que se derivaría el Estatuto de la Función Docente.
Sobre este pacto por la Educación, Marina -el pasado jueves en un debate con el dirigente de Ciudadanos, Luis Garicano- señaló que su objetivo es mantener la Lomce hasta que llegue este Pacto de Estado, que debería ser rubricado en un año. Garicano apostó más fuerte: Yo me comprometo a hacerlo pero en cien días", los primeros cien días de legislatura, porque lo que "no se hace en ese tiempo no se hace". Marina también lo vio viable.
En este documento, sus autores reivindican la profesión:- "consideramos que la docencia es una profesión que exige una alta cualificación y que para que cumpla mejor sus objetivos deberíamos atraer hacia ella a las personas más competentes y comprometidas". Precisamente, a raíz del último informe de la OCDE sobre el Panorama de la Educación en 2015, Libertad Digital se puso en contactocon cuatro expertos para que dieran su opinión de por qué en nuestro país los mejores estudiantes no se decantan por los estudios de magisterio.
Marina, para conseguirlo, propone dar a conocer la labor que realizan los mejores docentes; mejorar sus condiciones laborales o "diseñar una profesión que permita progresar, reconozca el mérito y anime a la excelencia".

La carrera docente

¿Y cuál sería el nuevo diseño que propone? Una carrera docente similar a la de los médicos en España, que dure siete años, dos más que en la actualidad, y con procesos selectivos y prácticas remuneradas. Asimismo, propone evaluaciones a los docentes, que tengan consecuencias en el desarrollo de la carrera y en la retribución.
Marina y sus colaboradores indican que en la formación del profesorado puede optarse por abrirla a todo el mundo y seleccionar al final del proceso, como ocurre en la actualidad, o por seleccionar al principio, que, a su juicio, "es la mejor solución, porque la formación de alto nivel es cara, y no puede estar masificada". Así quedaría diseñada:
1. Formación de grado
2. Prueba de selección, de nivel nacional, para ingresar en el proceso de profesionalización y especialización docente, que tendría tres años de duración.
3. Máster teórico-práctico de un año de duración, impartidos en una red de Centros Superiores de Formación del profesorado, diseñados de acuerdo con las comunidades autónomas, que trabajarían de manera coordinada con el Consejo Pedagógico del Estado, y que estarían también encargados de la formación de directores e inspectores, y de la formación continua.
4. Pruebas nacionales de acceso a esos Centros superiores entre graduados, por áreas de conocimiento. Esta prueba sería homogénea en todo el país. En función de la nota obtenida, el estudiante podría elegir un Centro Superior de Formación. Los 25% mejores, serían becados y en caso de que eligieran un centro situado en una ciudad distinta a la suya esa beca incluiría los gastos de residencia y manutención.
Una vez superado el curso de manera satisfactoria, el alumno ejercería de profesor en prácticas, bajo la dirección de un profesor tutor. Estas prácticas tendrían una duración de dos años. Al ser Docentes En Prácticas (DEP), tendrían una reducción de carga lectiva y un "programa adecuado de mentorización". Recuerdan los autores del Libro Blanco que "están en el centro para aprender, no para cubrir una plaza". Recibirían un salario adecuado. Después, aquellos que quisieran opositar para conseguir su plaza se someterían a un examen final.
Marina y sus colegas advierten de que tanto los centros seleccionados para impartir formación como los tutores que han de acompañar a los profesores en prácticas "deberán serlo por sus méritos, cuidadosamente evaluados en su desempeño, y sus maestros y profesores recibirán el reconocimiento y los incentivos adecuados a la importancia de su tarea".

Las evaluaciones

Otra de sus propuestas, y que es la que más oposición despierta entre los sindicatos de profesores, es la de las evaluaciones. "Todos los docentes, de todos los niveles y cuerpos, deberán ser evaluados periódica y sistemáticamente", afirman. En esa evaluación se tendrán en cuenta los resultados del centro; el progreso educativo de los alumnos; la observación del docente en el aula, y el currículo del profesor, siempre teniendo en cuenta las condiciones de dificultad del centro y de su entorno. Pero, además de estos "criterios fundamentales", el Libro Blanco propone otros cuatro complementarios: la opinión de los alumnos; la relación del docente con las familias; la participación del maestro en las actividades del Centro y la evaluación por parte del claustro.
"La evaluación -afirman convencidos- servirá para mejorar el desempeño docente, y también tendrá relevancia para el progreso de su carrera profesional, y para su retribución". Marina pone como ejemplo Singapur -uno de los países, por cierto, mejor parados en las ránkings internacionales o los informes de la OCDE-, donde los profesores consideran un honor que les trasladen para dar clase a un grupo marginal de estudiantes. "El ideal a conseguir es que los docentes más capaces vayan a los centros más conflictivos", señala.

El director, "buen administrador y líder educativo"

La figura del director es crucial para Marina, por lo que propone fortalecerla así como a los equipos directivos. "Hay obstáculos que dificultan esa tarea, como la excesiva movilidad del profesorado y, en especial, el elevado número de docentes interinos", lamentan. Por eso, tanto Marina como Pellicer y Manso piden más autonomía real para los centros y sus equipos directivos, que puedan determinar las características de las plazas vacantes, que puedan seleccionar a su equipo.
Plantean también que el director se acompañe de ungerente (encargado de la organización de los horarios, de las extraescolares...) y de un jefe de estudios (encargado de los procesos de aprendizaje). Los directores deberían ser seleccionados entre los docentes con experiencia en el aula y tendrían que aprobar un curso de formación.

Los sindicatos, a cuestiones laborales

El pedagogo y catedrático de instituto propone también que los sindicatos de enseñanza se centren en defender los intereses laborales de los profesores y no a los contenidos y responsabilidades educativas de la profesión, que, a su juicio, deberían ocuparse los colegios profesionales.
Consideramos que la representación de los docentes debería hacerse por dos vías, una que atendiera más a los contenidos y responsabilidades educativas de la profesión y otra que defendiera sus intereses laborales. De la primera se encargarían, como ocurre en otros países y en otras profesiones, los colegios profesionales, mientras que la segunda sería competencia de los sindicatos", sostiene este experto en su propuesta de Libro Blanco que le ha encargado el Ministerio de Educación, publicado este lunes.
También, la creación de un Consejo Pedagógico del Estado presidido por el Rey que recoja las mejores prácticas y las innovaciones que mejor funcionen.

domingo, 6 de diciembre de 2015

1+1 igual a multiculturalismo... El vídeo denuncia que arrasa en la red

Dirigido y protagonizado por el millennial Neel Kolhatkar, recrea una clase de matemáticas en el Campus de Justicia Social.

1+1 es igual a multiculturalismo y el resultado de 3x3 es ideología de género. Así son las clases de matemáticas del Campus de Justicia Social, una parodia del cómico australiano Neel Kolhatkar que arrasa en las redes sociales. 
Titulado Modern Educayshun (traducido al español como Educación progre), el cortometraje parodia la corrección política que comienza a imponerse en el sistema educativo: las notas, divididas entre todos los alumnos en aras de la igualdad. No hay preguntas en clase, porque son ofensivas, y las decisiones se toman, claro, en función de puntos sumados por los “privilegios”. Ser mujer es un +1. Ser hombre hetero un -2…
Y, a quien cuestione el sistema, una buena dosis de justicia social… Para no perdérselo. 
El día de su estreno, «Educación pogre» acumuló un millón de visitas en las redes.

viernes, 4 de diciembre de 2015

El porcentaje de alumnos que elige Religión crece tras un lustro a la baja

El porcentaje de alumnos que ha elegido cursar Religión Católica en este curso lectivo ha crecido por primera vez en los centros públicos de la provincia en los últimos cinco años, según las cifras que maneja el Obispado de Ciudad Real. Ese crecimiento, además, se ha cimentado en la etapa en la que peores cifras mostraba la asignatura en los últimos cursos, Secundaria y Bachillerato, que han conseguido paliar con sus crecimientos los descensos registrados en las etapas de Infantil y Primaria. La entrada en vigor de la Lomce, que incluye en el expediente académico para el acceso a la universidad la nota de Religión en el primer curso de Bachillerato hizo que las matrículas crecieran un 25 por ciento en la provincia en este curso, según datos publicados por La Tribuna, pero el delegado diocesano de Enseñanza, Jesús Abad, descartó que ésa fuera «la única o la mayor de las causas».

El Obispado recaba las cifras a través de encuestas directas a los centros educativos. Según los datos con los que cuenta la Diócesis, en los centros públicos de la provincia contabilizan un total de 58.527 alumnos, y de todos ellos 42.382 han elegido para este año la enseñanza de Religión Católica, lo que supone un 72,41 por ciento del alumnado. La alternativa a la Religión Católica la han escogido para este curso un total de 16.145 alumnos, lo que supone un 27,59 por ciento del total. Esa estadística se refiere, siempre, a alumnado de centros públicos, ya que si se suma a esos datos el número de estudiantes de centros privados confesionales (o aquellos que se presentan como católicos), el porcentaje de alumnos que escoge Religión llega hasta el 76,89 por ciento (54.566 de los 70.968 estudiantes de la provincia).


El porcentaje que refleja el Obispado en su estadística supone la primera subida en los alumnos que elige Religión en lo que va de lustro. En el curso 2011-2012, en los centros públicos eligieron esta enseñanza el 71,9 por ciento; en 2012-2013, el porcentaje fue del 71,7 por ciento; en el curso siguiente, el 71,4 por ciento; y en el pasado de un 71,3 por ciento. Este año crece un punto hasta el 72,4 por ciento, rompiendo una trayectoria consecutiva de caída en los últimos cinco años. El alza se sustenta, además, en las etapas de la enseñanza en las que tradicionalmente tiene los porcentajes más bajos: la ESO, que ha pasado de un 50,67 por ciento del año pasado al 57,26 por ciento de este año; y el Bachillerato, en el que ha pasado del 28,8 por ciento al 32.13 por ciento de este año.


«Se ha hablado de la inclusión de Religión en el expediente, que no digo que no haya afectado, pero creo que sería una explicación muy simplista», explicó el delegado diocesano de Enseñanza, Jesús Abad, que recordó que este año en Bachillerato «conviven dos legislaciones diferentes y se ha aumentado la carga lectiva, pero el año que viene volverá a la normalidad con dos horas en el primer curso».
En Infantil y Primaria, en cambio, el alumnado que ha elegido Religión Católica para este año ha ido a la baja. En el curso pasado fueron el 86,49 por ciento de los estudiantes de Infantil, y este año se ha quedado en el 85,53 por ciento; en Primaria ha pasado del 87,4 por ciento hasta el 85,58. Siempre según los datos recabados directamente desde los centros educativos por el Obispado de Ciudad Real.


Al respecto de las cifras, el delegado diocesano de Enseñanza aseguró que la oscilación «no tiene gran importancia» en términos porcentuales, y consideró que en la provincia, que el año pasado superó en veinte puntos la media nacional, «los estudiantes de Religión se mantienen estables».

Fuente>>>

jueves, 3 de diciembre de 2015

Los profesores de Religión recuperan la jornada completa en los tribunales

Una sentencia de un juzgado de Mieres se une a otras decretadas por otras instancias // El sindicato USO exige una negociación con la consejería

No es la primera sentencia y puede haber más. Los docentes de Religión están consiguiendo que los tribunales les devuelvan los contratos a jornada completa que la Consejería de Educación les recortó. Esta vez ha sido el juzgado de lo social de Mieres el que ha dado la razón a una profesora que recurrió la reducción horaria que le fue impuesta. La sentencia revoca la decisión de la administración y obliga a restituir las condiciones anteriores. El sindicato USO, que ha representado a esta profesional, precisa que tanto este fallo judicial, como otro muy similar que se conoció hace unos días, "son efecto de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) que anula el decreto 82/2014 que establece el currículo de Educación Primaria en el Principado en lo refiere al horario de Religión Católica, que se reducía a seis horas, por no ser conforme a derecho".
La situación de esta asignatura y la gestión del personal que la imparte se encuentran sometidas a una fuerte judicialización en Asturias. Sindicatos, la Iglesia y algunos colectivos de padres han denunciado los decretos de horarios. Las primeras sentencias, a instancias del Arzobispado y de ANPE, les han dado la razón. El Principado, por su parte, defiende su actuación, apoyada tanto en la LOMCE como en las resoluciones del Consejo Consultivo, y se ha personado en todas las causas. En el caso de las dos primeras sentencias del TSJA, contrarias a los postulados de la administración, Educación ha presentado un recurso.
La sentencia conseguida por USO se suma a la obtenida en un caso representado por Unión Nacional de Trabajadores (UNT), también dictada en Mieres. En ambos casos se decreta la restitución de la jornada completa al docente que reclama. Hay otros casos presentados en Gijón. Antonio Cabeza, portavoz de FE-USO, explica que aquí la casuística es variada. Algunos procesos se han suspendido a la espera de lo que dictamine el Tribunal Supremo por el recurso de casación presentado por el Principado en contra de la sentencia del TSJA que invalida el decreto horario de Primaria, que deja en seis horas la asignatura y que es una de las bases para reducir el horario del profesorado. 
La sección sindical de profesores de Religión de FE-USO insta a la Consejería de Educación a "abrir un proceso negociador eficaz para restituir sus condiciones laborales de los docentes que se han visto afectados por la aplicación de un decreto no ajustado a derecho". Recuerda que solo este año 22 docentes han visto reducida su jornada y su salario un 48%. Acusa, además, a la administración asturiana de tener "arraigada la costumbre de tomar decisiones contra la asignatura o su profesorado o simplemente no reconocerles derechos (sexenios, carrera profesional, convenio colectivo…) amparándose en la difusa normativa que regula las relaciones con este colectivo de trabajadores". Considera que un colectivo implicado en la escuela pública asturiana y en la educación de los niños "no merece este trato".